Únete a una familia milanesa para tres horas de pasta fresca y secretos de tiramisú en su hogar lleno de arte cerca de la estación Coni Zugna. Ríe con la masa pegajosa, aprende con locales que cambian de idioma sin esfuerzo y comparte la comida en su mesa. No es solo una clase, es ser parte de algo real.
“¡No te preocupes si la masa se pega, que la primera vez siempre es un desastre!” decía la abuela Bruna, riendo mientras yo intentaba estirar la pasta. Estábamos en su apartamento cerca de la estación Coni Zugna, en pleno centro de Milán — a veces se escuchaba el tranvía afuera, pero dentro olía a harina, café y algo dulce que no lograba identificar. Las paredes de la cocina estaban llenas de cuadros antiguos (su colección familiar, me contó), y había una gran mesa de madera alrededor de la cual nos juntamos todos, con las mangas remangadas. Al principio me sentí raro haciendo ravioli con desconocidos, pero en cinco minutos ya parecía que estábamos en la cocina de una cena familiar.
Nuestra guía (mejor dicho “profesora”) cambiaba sin esfuerzo entre inglés e italiano — hasta me ayudó a pronunciar bien “uovo”. Se rió cuando intenté decirlo en mandarín — seguro lo arruiné. Aprendimos a hacer tagliatelle desde cero (mis brazos aún recuerdan el amasado), luego doblamos pequeños bolsillos de ricotta para los ravioli que no quedaron perfectos, pero tenían un sabor mucho mejor que cualquier pasta de paquete. La clave aquí es “pasta fresca”, porque sientes cada paso — la masa pegajosa en los dedos, el polvo de harina en la camisa. Y después el tiramisú: capas de bizcochos empapados en café mientras Bruna nos contaba el secreto de su abuela (no lo revelaré). El vino corrió generoso y las historias se compartieron en media docena de idiomas.
No esperaba que me importara tanto el arte en las paredes ni las risas cuando mis ravioli se rompieron en la olla. Pero sentarnos juntos al final — comiendo lo que habíamos hecho bajo esos viejos retratos — fue algo especial. Si buscas una clase de cocina en Milán que se sienta como entrar en la vida de alguien por una tarde, esta es la indicada. Aún recuerdo ese primer bocado de tiramisú, suave y frío después de tanto trabajo.
La clase se lleva a cabo en una casa privada en Via Giuseppe Dezza 47, Milán, cerca de la estación de metro Coni Zugna - Via Foppa.
Prepararás tagliatelle y ravioli frescos con sus salsas, además del clásico tiramisú italiano con recetas originales.
Sí, las clases son siempre en inglés, pero también se pueden ofrecer en italiano, francés, español, ucraniano, ruso, hebreo y persa bajo petición.
La experiencia dura aproximadamente tres horas.
Sí, las bebidas están incluidas durante la comida.
Sí, la línea azul del metro para a solo 20 metros en Coni Zugna - Via Foppa.
Los animales de servicio están permitidos en esta actividad.
No hay garantía; si está cansada, su hija o nietos pueden dar la clase. Recibirás confirmación por correo 12 horas antes.
Tu noche incluye una clase práctica para hacer pasta fresca y tiramisú con anfitriones locales en su apartamento céntrico en Milán; todos los ingredientes; cena con tus creaciones; bebidas alcohólicas; y acceso fácil en transporte público a pasos de la estación Coni Zugna.
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