Pasea por los viñedos de Langhe con Jessica, aprende cómo se hace el vino desde la vid hasta la barrica y degusta vinos de la finca acompañados de quesos, embutidos y avellanas en su bodega. Risas, sorpresas y una bienvenida de verdad, no solo otra cata más.
“Prueba este, es mi favorito”, dijo Jessica sonriendo mientras servía una copa que atrapaba los últimos rayos del sol. Acabábamos de regresar de pasear entre las hileras de vides en Cascina Piccaluga, con las botas un poco embarradas y el aire impregnado de ese aroma a tierra y verde que solo se siente después de la lluvia de la mañana. Nunca me había parado a pensar en todo el trabajo que hay detrás de cada botella hasta que ella señaló los pequeños brotes en las vides y, con más paciencia de la que merecía, me explicó cómo vigilan cada cambio del clima. No paraba de hacer preguntas —quizá demasiadas— pero parecía disfrutar contando cada detalle.
La subida por la colina fue más empinada de lo que parecía desde abajo, pero arriba se veían montañas difusas en la distancia y viñedos que se extendían hasta donde alcanzaba la vista. Allí reinaba un silencio especial —solo se oían pájaros y alguna risa cerca de un tractor. Dentro de la bodega olía a madera y a algo dulce fermentándose. Jessica nos mostró dónde envejecen los vinos en barricas, tocando suavemente una que llamó su “bella durmiente”. La palabra clave aquí es cata de vinos Langhe, pero en realidad se sentía más como ser invitado a casa de alguien que un tour formal.
No sé si fue el Barbera o esa sensación de estar con extraños que de repente parecían amigos, pero cuando probamos sus avellanas y quesos con otra copa (creo que la tercera), me di cuenta de que ya ni miraba el móvil. Todo fue muy relajado —sin prisas, sin que nadie nos apurara. Incluso cuando intenté pronunciar “Cascina Piccaluga” y fallé, Jessica solo se rió y sirvió un poco más. Así que, si buscas un tour de vino en Langhe que se sienta auténtico y sin formalismos… aún recuerdo esa vista con cariño.
Las visitas comienzan a las 11:00 y 16:00; contacta para horarios especiales.
No incluye almuerzo completo, pero sí tablas individuales con embutidos, quesos y avellanas maridados con cinco vinos.
Sí, bebés y niños pequeños pueden unirse; se permiten cochecitos y hay asientos para bebés disponibles.
Si llueve o el clima es malo, la experiencia se realiza completamente dentro de la bodega.
La actividad es apta para todos los niveles, pero no se recomienda para mujeres embarazadas.
Tu día incluye un paseo guiado por los viñedos de Cascina Piccaluga (o un tour interior si llueve), una introducción a la elaboración ecológica del vino desde la vid hasta la barrica, cinco catas de vinos de la finca en la bodega acompañadas de tablas individuales con embutidos, quesos y avellanas tostadas antes de regresar a las colinas de Langhe.
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