Únete a locales en el centro de Madrid para cocinar paella al fuego, preparar sangría auténtica con once ingredientes (¡no solo vino!), picar tortilla de patatas y bruschetta con jamón, y sentarte a comer como en familia. Una experiencia práctica, cálida y llena de detalles que recordarás siempre.
Lo primero que noté al entrar en la cocina cerca de Gran Vía fue el choque de las sartenes y un suave aroma dulce a cebolla. Nuestro anfitrión, Miguel, con una camiseta gastada del Barça, nos saludó con una sonrisa y nos invitó al gran fuego circular. Dijo que así es como él cocina la paella, y nunca había visto el arroz chisporrotear así, dorado por el azafrán, mientras Miguel explicaba por qué no hay que apresurar el fumet de pescado. Sonó un móvil, pero nadie miró; estábamos demasiado ocupados probando aceitunas rellenas de anchoa y tratando de no quemarnos con la tortilla de patatas recién hecha.
Yo pensaba que la sangría era solo vino con fruta, pero no. Miguel alineó once botellas (conté) para su receta: ron, ginebra, vodka, canela, zumo de melocotón… incluso granadina. Nos turnamos para verter y remover; mi intento de decir “pantumaca” hizo reír a todos (seguro que lo dije fatal). El aire olía a cítricos y a fiesta de verano. Luego llegó la bruschetta con jamón de Salamanca, salado y tierno sobre pan con tomate —podría haberme comido cinco más.
Picar los pimientos para la paella de marisco fue casi un momento de calma después de tanto ruido. Las ventanas de la cocina se empañaron por el vapor, pero afuera se oía el tráfico lejano y un acordeón tocando en alguna calle. Cuando finalmente nos sentamos juntos —locales, viajeros, incluso una pareja de Valencia— la paella tenía un sabor ahumado y profundo. Terminamos con vasitos de licor español (yo elegí uno de hierbas), brindando porque alguien dijo que trae suerte. Todavía recuerdo ese aroma a azafrán cada vez que paso junto a una ventana abierta.
Sí, hay opciones veganas si avisas con antelación tus preferencias.
La experiencia dura unas 3 horas de principio a fin.
Probarás tortilla española, pan con tomate y jamón (pantumaca), además de la paella que cocináis juntos.
Sí, incluye sangría tradicional, agua embotellada y degustación de tres licores españoles al final.
El taller es en el centro de Madrid, cerca de transporte público; la ubicación exacta se facilita tras reservar.
Los bebés y niños pequeños son bienvenidos; hay espacio para cochecitos.
Avísalo con tiempo para que adapten las recetas a tus necesidades.
No incluye recogida; los participantes llegan por su cuenta en transporte público o caminando.
Tu tarde incluye clases prácticas para preparar sangría con más de diez ingredientes, aperitivos como aceitunas con anchoa y tortilla española, bruschetta con jamón de Salamanca y tomate, paella de marisco o pollo al fuego (o vegana si prefieres), agua embotellada durante toda la sesión y degustación de tres licores españoles antes de volver a explorar Madrid.
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