Sumérgete en una cocina animada de Lisboa con esta clase tradicional: corta las hojas para el caldo verde, forma croquetas de bacalao y da vueltas a la crema para el Pastel de Nata. Con vino local y chefs que te guían, compartirás risas y historias mientras disfrutas tu propia comida casera. No es solo cocinar, es saborear el verdadero Portugal juntos.
¿Conoces esa sensación de entrar en la cocina de alguien y sentir una calidez especial? Así fue al llegar a la clase de cocina en Lisboa: delantales colgados, olor a ajo y aceite de oliva en el aire. Nuestro instructor, João, nos recibió como si fuéramos viejos amigos (aunque yo me trabé con un “bom dia”). Nos sentamos alrededor de una gran mesa de madera, las manos algo torpes al principio, pero se soltaron rápido cuando João nos ofreció copas de vino verde. Todavía no pronuncio bien la mitad del menú, pero a nadie pareció importarle.
Empezamos con caldo verde—João nos enseñó a cortar las hojas bien finitas (“¡fina como papel!” bromeaba). El vapor de la olla me empañó las gafas y eso hizo reír a todos. En un momento alguien dejó caer un cucharón y sonó fuerte contra el suelo—nadie se preocupó; solo sumó al bullicio de charlas y tintineo de cubiertos. Las croquetas de bacalao fueron un poco desordenadas pero divertidas de moldear, y yo no paraba de picar chorizo mientras fingía “probar el punto de sal”.
No esperaba que hacer Pastel de Nata fuera tan delicado. La masa ya estaba lista (menos mal), pero rellenar los moldes pequeños fue más complicado de lo que parecía. María, otra chef, me enseñó a mover la crema justo como toca—me guiñó un ojo cuando la mía se desbordó un poco. Cuando por fin nos sentamos a comer lo que habíamos preparado—vino servido, platos pasando de mano en mano—me di cuenta de que no había mirado el móvil en horas. Era esa sensación sencilla de formar parte de algo auténtico y local por un rato.
La clase de cocina portuguesa en Lisboa dura hasta 3 horas.
Sí, comerás lo que prepares durante la clase, incluyendo las bebidas.
Sí, incluye vinos portugueses, cervezas, refrescos, agua, té y café.
Sí, bebés y niños pequeños pueden unirse; hay asientos especiales para ellos.
Prepararás platos tradicionales como caldo verde, croquetas de bacalao o Bacalhau à Brás, y Pastel de Nata.
No, los chefs te guían paso a paso sin que necesites experiencia.
Sí, hay opciones de transporte público cerca del lugar.
Tu día incluye todos los ingredientes para un menú portugués de cuatro platos (cambian según la temporada), instrucción práctica con chefs locales en Lisboa, muchos aperitivos durante la clase y agua embotellada y refrescos ilimitados. También disfrutarás vinos o cerveza locales durante la comida y terminarás con tu propio Pastel de Nata casero antes de despedirte.
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