Recorre el vibrante Mercado San Pedro de Cusco con un chef local, prueba frutas poco comunes y conoce las historias detrás de cada ingrediente. Luego, entra a una cocina colonial llena de luz para una clase práctica de cocina peruana: ceviche, risotto de quinoa, Pisco Sours, risas y charlas reales alrededor de la mesa. Te llevarás nuevos sabores en la memoria (y tal vez algunas manchas de harina en la camisa).
¿Alguna vez te has preguntado a qué huele la maracuyá justo al cortarla? Así comenzó nuestra mañana en Cusco, en pleno Mercado San Pedro — no es el lugar más tranquilo, pero esa es parte de su encanto. Nuestra guía, la chef Carla, señalaba detalles que jamás habría notado sola: pequeñas papas moradas junto a maíz brillante, una mujer riendo mientras nos ofrecía un trozo de lúcuma (con un sabor raro, como a jarabe de arce). Perdía la noción del tiempo porque siempre había otro puesto o historia que descubrir. El aire estaba lleno de especias y charlas — intenté recordar algunas palabras en quechua, pero al final solo sonreía mucho.
Después de una hora más o menos (dejé de mirar el móvil), caminamos dos cuadras hasta una antigua casa colonial. Al entrar crujían un poco los pisos de piedra, con la luz del sol entrando por ventanas altas. Carla nos dio delantales y de repente estábamos exprimiendo limones para el ceviche. Me salpicó en un ojo y todos se rieron. Hubo un momento mientras mezclábamos risotto de quinoa en que alguien preguntó si debía verse así (no, no debía). La cocina olía a cilantro y papas asadas; afuera se escuchaban bocinas lejanas de la calle.
No esperaba disfrutar tanto preparando un Pisco Sour — resulta que agitarlo es más difícil de lo que parece. La comida (almuerzo o cena, según tu horario) se convirtió en una larga charla alrededor de la mesa sobre recetas familiares y anécdotas de viaje. Aún recuerdo esa primera cucharada del parfait de frutas; dulce pero sin pasarse, con algo crujiente encima. Salimos con el estómago lleno y las manos un poco polvorientas, caminando por Cusco sintiendo que realmente habíamos vivido aquí un rato. No todo salió perfecto — mi tiradito quedó un poco raro — pero a nadie le importó.
La experiencia completa dura alrededor de tres horas de principio a fin.
No incluye recogida; el punto de encuentro es cerca del mercado, junto al estudio.
Sí, bebidas alcohólicas como Pisco Sour, además de agua purificada, café o té.
Sí, los niños pueden participar si van acompañados por un adulto; los bebés pueden ir en cochecito.
El estudio está a dos cuadras, unos cinco minutos caminando.
No, no se requiere experiencia; el chef te guía en cada paso.
El menú incluye platos vegetarianos como el risotto de quinoa; consulta detalles antes.
Tu día incluye un recorrido guiado por el animado Mercado San Pedro de Cusco con un chef profesional que habla inglés, todos los ingredientes y utensilios para la clase práctica de cocina peruana en una casa colonial cerca del mercado, agua purificada, bebidas alcohólicas como Pisco Sour, además de café o té — todo en unas tres horas llenas de sabor local antes de regresar a la ciudad.
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