Manos a la obra en una cocina auténtica de Arequipa, guiado por expertos locales que hacen que hasta los principiantes se sientan cómodos. Cocina platos clásicos con ingredientes frescos y comparte historias mientras almuerzas en un jardín soleado. Te irás lleno y con una sonrisa por ese primer bocado.
Nunca imaginé que acabaría aplastando papas con las manos en un jardín soleado de Arequipa, pero aquí estamos. El aire olía a cítricos y a algo terroso, quizá de las hierbas que Carmen, nuestra instructora, recogió justo frente a nosotros. Nos enseñó a montar la causa con cuidado (la mía quedó un poco torcida, pero a nadie le importó). Éramos seis alrededor de la mesa, con las mangas remangadas y riendo mientras intentábamos pronunciar “ají amarillo” sin sonar a turistas perdidos.
La paciencia de Carmen fue infinita: respondió todas las preguntas (incluso las raras sobre los tamaños del maíz peruano) y nunca nos hizo sentir tontos por preguntar. Me gustó que adaptara el menú para mí, que no como carne de res; simplemente cambió el lomo saltado por champiñones y quedó igual de sabroso y ahumado. La cocina se sentía como en casa: grandes ventanas abiertas al jardín, pájaros cantando afuera y el ruido lejano del tráfico que se perdía entre nuestras charlas. No hubo prisa. Probamos todo mientras cocinábamos, incluso nos robamos algunas frutas que eran para el postre.
Cuando nos sentamos afuera con nuestros platos —el mío lleno de lomo saltado y esas papas amarillas brillantes— me di cuenta de que ya no me importaba “hacer bien” la receta. Era más sobre compartir comida y relatos (una chica de Lima nos contó la salsa secreta de su abuela). Aún recuerdo ese momento en que todos nos quedamos en silencio tras el primer bocado, simplemente disfrutándolo. Si buscas una experiencia en Arequipa que no sea solo ver a alguien cocinar, esta es la indicada.
Sí, no necesitas experiencia previa; los instructores te guían paso a paso.
Harás dos platos: opciones incluyen causa, lomo saltado (o vegetariano) y ensalada de frutas de temporada.
Se ofrecen opciones vegetarianas si lo pides al reservar; avisa sobre tus necesidades dietéticas.
El grupo máximo es de 12 personas por sesión.
Sí, después de cocinar disfrutarás la comida juntos en el jardín.
Los niños pueden participar si van con dos adultos que paguen; mayores de 12 pueden usar cuchillos bajo supervisión.
La clase se hace en una cocina amplia con acceso a un hermoso jardín en Arequipa.
Sí, te dan recetas detalladas con equivalencias para que cocines después en casa.
Tu día incluye acceso a una cocina amplia y un jardín tranquilo en Arequipa, instrucción experta adaptada a tu nivel, todos los ingredientes frescos para dos platos más postre y bebidas, conexión a internet en el lugar, recetas impresas para llevar y, por supuesto, sentarte a almorzar tras cocinar todo tú mismo.
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