Entra a una casa acogedora en Tulum donde aprenderás cocina mexicana desde cero—haciendo tortillas a mano, disfrutando mezcal y compartiendo risas y recetas familiares. Sabores frescos, historias compartidas y una comida en el jardín que se siente más como visitar amigos que tomar una clase.
Lo primero que me llamó la atención fue el aroma: masa tibia mezclada con un toque picante que se escapaba por las ventanas abiertas de la cocina. Apenas dejamos las maletas en esta luminosa casa de Tulum, Mariana, nuestra anfitriona, nos ofreció vasitos de barro con mezcal ahumado y sonrió como si fuéramos viejos amigos. “Tómalo despacio”, nos dijo mientras nos enseñaba a saborearlo (yo terminé tosiendo, no pude evitarlo). La casa está escondida entre vegetación salvaje; se escuchan pájaros y música lejana que viene de algún lugar del camino. El ambiente se sintió relajado desde el primer momento.
No soy muy hábil en la cocina en casa, pero Mariana hizo que todo pareciera posible. Nos enseñó a hacer tortillas a mano desde cero—mi primera tortilla parecía un mapa de Sudamérica, pero ella solo se rió y me hizo otra. Hay algo especial en trabajar con las manos aquí: la masa es suave y cálida, y por más cuidadoso que seas, la harina termina por todas partes. Nos contó secretos de su abuela para el guacamole (prometí no contarlo) y la forma en que habla de los chiles los hace sonar casi mágicos. En un momento intenté pronunciar “achiote” bien; Mariana levantó una ceja y trató de no reírse demasiado.
Preparamos juntos tacos al pastor auténticos, con piña que chisporroteaba en la sartén, y siempre había alguien alcanzando más cilantro o pasando tazones de salsa. La cocina se sentía llena, pero de la mejor manera: muchas risas, mezcla de español e inglés, y todos probando mientras cocinábamos. Cuando finalmente nos sentamos bajo los árboles a disfrutar lo que habíamos hecho (acompañado de cerveza fría o agua fresca), fue como estar en la mesa de una familia, no en una clase. Aún recuerdo ese cremoso postre de tres leches en las tardes calurosas.
No, el transporte no está incluido; los participantes deben llegar por su cuenta a la casa local.
Sí, todo está incluido: comida, cerveza, vino nacional y mezcal.
Sí, está pensada para principiantes con guía paso a paso durante toda la experiencia.
Prepararás tacos al pastor, guacamole con secretos familiares y un postre de gelatina de tres leches.
El menú principal incluye tacos de cerdo; no se especifican opciones vegetarianas.
Sí, tanto la ubicación como las opciones de transporte son accesibles para sillas de ruedas.
Sí, se permiten bebés y niños pequeños; también se pueden usar cochecitos.
La anfitriona habla tanto inglés como español durante la clase.
Tu día incluye toda la comida que prepares en esta clase práctica de cocina mexicana en una casa local de Tulum, además de degustación de mezcal, vino nacional o cerveza si quieres, y tiempo para disfrutar juntos en un jardín lleno de vida antes de partir cuando quieras.
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