Recorrerás el mercado vibrante de San Jose del Cabo con el Chef Francisco, elegirán juntos ingredientes frescos y luego irán a su cocina para cocinar a mano — tortillas, salsas, guacamole, lo que toque ese día. Ríe y comparte el almuerzo (y tal vez un tequila) con nuevos amigos alrededor de la mesa. Saldrás lleno, no solo de comida.
Ya estaba entrecerrando los ojos frente a montones de chiles cuando el Chef Francisco nos llamó: “huele este,” dijo, levantando algo rojo intenso y arrugado. El mercado en San Jose del Cabo era más ruidoso de lo que esperaba: niños corriendo entre los puestos, alguien cortando mangos cerca, ese aroma terroso a cilantro por todos lados. Elegimos jitomates y limones (Francisco los exprimió ahí mismo para probarlos), y traté de recordar cómo se dice calabaza en español, pero terminé señalando. A nadie pareció importarle.
El camino de regreso a la casa de Francisco fue corto pero caluroso — el sol rebotando en las paredes blancas, esas que te hacen agradecer la sombra. Adentro, su cocina parecía una reunión familiar: cuencos por todos lados, salsas ya hirviendo. Nos enseñó a hacer tortillas a mano (las mías salieron torcidas; él sonrió y dijo que tenían “carácter”). Hubo un momento en que machacábamos aguacates y su vecina entró solo para saludar — probó nuestro guacamole y nos dio un pulgar arriba, lo que honestamente me hizo sentir orgulloso.
El almuerzo fue alrededor de una mesa grande, todos pasando platos y compartiendo historias sobre su comida favorita en casa. Apareció el tequila (no sé quién lo empezó), y quedó una satisfacción tranquila después de comer lo que habíamos cocinado con nuestras propias manos. Todavía recuerdo la salsa ahumada que hicimos — no encuentro ese sabor en ningún otro lado. Si buscas una clase de cocina súper pulida, esta no es. Pero si quieres comida auténtica, gente real y las manos oliendo a limón por horas… ya sabes.
La actividad incluye la compra en el mercado seguida de la clase de cocina y el almuerzo; la duración puede variar, pero calcula varias horas.
Sí, comes lo que cocinaste durante la clase como almuerzo.
Incluye agua embotellada, refrescos y degustación de tequila.
La clase es en la casa del Chef Francisco, después de comprar en el mercado local.
El menú cambia cada día—pueden ser tamales un lunes o tacos un miércoles—pero siempre incluye salsas y guacamole.
Hay opción privada para grupos de seis o más al precio normal; de lo contrario, puede ser compartida con otros.
Los bebés son bienvenidos pero deben estar en el regazo de un adulto durante la actividad.
No se menciona recogida en hotel; hay opciones de transporte público cerca.
Tu día incluye todos los ingredientes del mercado local (que tú ayudarás a elegir), agua embotellada y refrescos durante toda la actividad, degustación de tequila si quieres, y la guía práctica del Chef Francisco en su propia cocina. El almuerzo es todo lo que cocinaron juntos — tortillas, salsas, guacamole— y sí: se animan las segundas porciones antes de salir de nuevo al soleado San Jose del Cabo.
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