Manos a la masa junto a cocineras oaxaqueñas, aprendiendo recetas antiguas sobre una estufa de leña y probando mezcal mientras la risa llena la cocina. Prepárate para hacer tortillas, un brunch completo hecho por ti y compartir historias que te dejarán mucho más que recetas.
Lo primero que me llamó la atención fue el aroma: ahumado, terroso, con un toque dulce de la leña ardiendo en la estufa Lorena. No esperas sentirte como en casa en un lugar nuevo, pero al entrar a Quinta Brava para esta clase de cocina tradicional oaxaqueña, fue como ser adoptado por una cocina llena de tias. Nuestra guía, Marisol, me pasó una bola de masa antes de que pudiera decir “buenos días”, sonriendo mientras me enseñaba a darle forma para las tortillas. Al principio mis manos eran torpes (todavía se ríen de mi primera memela chueca), pero a nadie le importó. Aquí se sentía como en familia.
Preparamos todo con nuestras propias manos — nada de quedarnos viendo a otros hacer lo divertido. Las cocineras iban de un lado a otro, siempre listas para ayudar pero sin agobiar. Cuando intenté pronunciar “quesillo”, Li se echó a reír y me corrigió con cariño (todavía no lo domino). El sol entraba a rayas por las ventanas mientras rellenábamos tetelas con flor de calabaza y queso. Hay algo especial en hacer comida desde cero, sobre todo con gente que lleva toda la vida haciéndolo — sin darte cuenta aprendes pequeños trucos.
No esperaba que la degustación de mezcal me impactara tanto — no solo por el sabor, sino por cómo todos nos soltamos después del primer trago. Compartimos historias sobre nuestras recetas familiares; una de las cocineras nos contó cómo su abuela molía el maíz antes del amanecer todos los días. Para cuando nos sentamos a comer lo que habíamos preparado (¿cuatro tiempos, en serio?), mis manos olían a maíz asado y humo, y la verdad no quería levantarme de esa mesa. A veces todavía sueño con esas empanadas, ¿sabes?
Sí, preparas todos los platillos tú mismo con la guía de cocineras locales.
Sí, la degustación de mezcal y cervezas frías están incluidas durante la comida.
Harás platillos tradicionales oaxaqueños como tortillas, memelas, quesadillas, tetelas, sopas o moles, además de postres.
El menú incluye varias opciones vegetarianas con ingredientes frescos y locales.
La experiencia cubre un brunch completo de cuatro tiempos; calcula varias horas incluyendo el tiempo para comer juntos.
No se menciona traslado desde el hotel, pero hay transporte público cerca.
Hay asientos especiales para bebés; las familias son bienvenidas.
Sí, comparten recetas tradicionales para que puedas repetirlas después.
Tu día incluye una cálida bienvenida en Quinta Brava en Oaxaca, todos los ingredientes para preparar cuatro tiempos a mano en estufa de leña junto a expertas cocineras, degustación de mezcal y cervezas frías durante la comida, además de tiempo para historias y risas antes de despedirte — solo lleva curiosidad (y buen apetito).
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