Compra ingredientes frescos en el animado mercado local de Cancún con un chef que conoce a todos los vendedores, y aprende a preparar platillos clásicos como tortillas hechas a mano, sopes, enchiladas y arroz con leche. Prueba lo que cocines (y disfruta tu propia margarita), todo en una cocina relajada donde equivocarse es parte de la experiencia.
¿Alguna vez te has preguntado cómo sabe un guacamole hecho por ti mismo, con las manos llenas de aguacate y el aroma del cilantro aún en tus dedos? Así empezó nuestro día en Cancún — no en un lugar turístico, sino paseando por el mercado local con nuestro chef, Luis. Él conocía a todos. Nos detuvimos un momento en un puesto donde la señora que vendía chiles le bromeó sobre sus “alumnos gringos”. Los colores eran increíbles — montones de hierbas verdes, piñatas rosas colgando arriba, ese olor a tierra de la fábrica de tortillas que cruzamos. Intenté pronunciar “molcajete” y fallé por completo; Luis se rió y me pasó un limón.
De vuelta en la cocina (con aire acondicionado, gracias a Dios), picamos, mezclamos y probamos de todo. Hay algo especial en aprender a hacer sopes desde cero — mis manos se cubrieron de harina de maíz y me robaba pedacitos de queso cuando nadie miraba. Luis nos enseñó a usar el comal para las tortillas; se inflaban justo en el momento en que escuchabas un leve siseo. También hicimos enchiladas — yo elegí salsa verde porque dijo que era más picante. ¡Y margaritas! Cada uno preparó la suya (la mía quedó bastante fuerte, no voy a mentir). Mientras cocinábamos, no faltaron el café y el té.
Al sentarnos a comer al final, se sintió como compartir mesa con una familia que acababas de conocer esa misma mañana. El arroz con leche estaba tibio y con canela — al parecer tenía un ingrediente secreto, pero no quiso contarnos. Sigo pensando en ese primer bocado de guacamole que hicimos; se siente diferente cuando escoges cada tomate y cebolla con tus propias manos, ¿verdad?
No, pero se ofrece transporte con aire acondicionado desde un punto de encuentro central.
Harás guacamole, frijoles refritos, tortillas hechas a mano, sopes, enchiladas (salsa verde o roja) y arroz con leche de postre.
No se requiere experiencia; el chef guía cada paso de forma sencilla y amena.
Incluye café, té, refrescos durante la clase y una margarita que preparas tú mismo.
Sí, es accesible y hay transporte público cercano.
La clase de cocina y la visita al mercado duran alrededor de medio día.
Tu día incluye transporte con aire acondicionado desde un punto central en Cancún hacia el mercado y la cocina, todos los impuestos y tarifas, bebidas durante la clase (café, té, refrescos), una margarita casera por persona, y por supuesto, disfrutarás cada platillo que prepares antes de regresar lleno y quizás un poco alegre.
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