Manos a la masa preparando fettuccine frescos y tiramisú cremoso en pleno centro de Roma. Guiado por un chef local, amasarás, elegirás salsa, compartirás risas con vino y cerrarás con limoncello o café. No es solo una receta, es sentir la calidez de Roma de verdad.
No esperaba reír tanto mientras estaba cubierto de harina, pero eso fue justo lo que pasó en esta clase de fettuccine y tiramisú en pleno corazón de Roma. La cocina ya estaba caldeada cuando entramos, no solo por los hornos, sino por nuestra chef, Giulia, que nos recibió como si fuéramos viejos amigos. En el aire flotaba un suave aroma a café y algo dulce (probablemente el mascarpone). Empezamos con el tiramisú, batiendo huevos tan rápido que me dolía el brazo. Giulia no paraba de decir “¡più forte!” y yo lo intentaba, aunque mi técnica aún necesita práctica.
Hacer pasta desde cero es más desordenado de lo que parece en YouTube. La masa se me pegaba a los dedos al principio — ¿quizá puse demasiada agua? — pero al final se unió. Hay algo relajante en amasar mientras escuchas el bullicio italiano de la calle abajo. La estiramos y cortamos en tiras de fettuccine (las mías tenían todos los tamaños; a nadie le importó). Giulia nos enseñó a elegir la salsa: Amatriciana para un toque picante, Pomodoro para algo reconfortante, o Cacio e Pepe si te sientes atrevido. Yo me quedé con la clásica de tomate y albahaca.
Sentarnos juntos después de cocinar se sintió casi como un almuerzo en familia. Mi plato estaba desordenado, pero sabía… mucho mejor de lo que esperaba. El vino estaba fresco y frío, y al final hubo un vasito de limoncello que hizo que todos pusieran caras y se rieran. Alguien intentó decir “buon appetito” con un acento muy marcado — hasta Giulia se rió. Sigo pensando en ese tiramisú cremoso (y en cómo acabé con cacao por todas partes). Si buscas una clase de cocina real en Roma, guiada por locales en cada paso, esta es la tuya.
La clase suele durar entre 2 y 3 horas de principio a fin.
Sí, no necesitas experiencia; los chefs locales te guían en cada paso.
Sí, la salsa Pomodoro e Basilico es vegetariana para tu pasta.
Sí, incluye una copa de vino tinto o blanco (o refresco) con la comida.
La masterclass se hace en un restaurante histórico en el centro de Roma.
Sí, todas las áreas y superficies son accesibles para sillas de ruedas.
Sí, bebés y niños pequeños pueden asistir; se permiten cochecitos.
Tu día incluye la guía práctica de un chef local mientras haces fettuccine frescos (con salsa Amatriciana, Cacio e Pepe o tomate y albahaca) y tiramisú cremoso desde cero. Disfruta tu comida con una copa de vino o refresco y agua durante toda la experiencia; termina con limoncello o café antes de volver a las calles de Roma.
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