Manos a la obra haciendo fettucine frescos desde cero en pleno centro de Roma con el Chef Paolo guiándote paso a paso. Elige tu salsa favorita, ríe con las historias mientras preparamos tiramisú juntos y luego disfruta de una comida que tú mismo cocinaste, con vino local y limoncello para cerrar. Es relajado, divertido y se siente más como una cena entre amigos que una clase.
Cuando ya tenía harina en la nariz (y seguro en todos lados), el Chef Paolo ya me estaba tomando el pelo por mi “técnica única” para hacer pasta. Estábamos justo en el centro de Roma, en un restaurante acogedor que olía a albahaca y a mantequilla. Anna me pasó un delantal—sonrió con esa calidez tan italiana—y nos enseñó a cascar los huevos directamente sobre la tabla de madera. Dudé un momento, pero ella solo asintió. “Así,” dijo, y de repente estaba bien equivocarse un poco.
Éramos unos ocho, más Paolo y Anna. Gente de Alemania, Brasil, una pareja de Londres que no paraba de bromear sobre que su pasta estaba “más o menos al dente.” En un momento Paolo nos contó la historia detrás de las fettucine—habla mucho con las manos—y explicó por qué el cacio e pepe es casi poesía romana (todavía no sé si lo entendí bien). El vino salió temprano. Para mí, tinto. Tenía un sabor más fresco que el que suelo tomar en casa. Todo fue menos formal de lo que esperaba—muchas risas cuando alguien dejó caer la masa al suelo, o cuando intenté pronunciar “tiramisù” bien (Paolo también se rió).
¿La mejor parte? Preparar el tiramisú juntos en esa gran mesa, todos mojando los bizcochos en el espresso. El aroma era increíble—café y cacao por todos lados. Comimos lo que hicimos, y fue una satisfacción rara después de tanto amasar y estirar. Anna sirvió limoncello al final—fresco y dulce—y brindamos como viejos amigos, aunque apenas nos conocíamos desde hace unas horas.
La clase suele durar entre 2 y 3 horas, incluyendo el tiempo para comer.
Sí, te ofrecen una copa de vino tinto o blanco con la comida.
No, no hace falta experiencia—el Chef Paolo y Anna te guían paso a paso.
Niños mayores de 7 años pueden unirse; los más pequeños deben estar acompañados por un adulto durante la clase.
Prepararás fettucine frescos (con varias opciones de salsa) y tiramisú como postre.
La clase se hace en un restaurante en pleno centro de Roma.
Sí, todos los ingredientes y utensilios están incluidos en la reserva.
Sí, puedes elegir salsa de tomate con albahaca como opción vegetariana.
Tu día incluye todos los ingredientes y utensilios para hacer fettucine desde cero (con opción de salsa amatriciana, cacio e pepe o tomate con albahaca), preparación grupal del tiramisú, una copa de vino tinto o blanco o refresco con la comida, agua embotellada durante toda la clase, además de café o limoncello al final—y te llevarás un certificado de participación como recuerdo de la cocina del Chef Paolo.
¿Necesitas ayuda para planear tu próxima actividad?