Mancharás tus manos aprendiendo a hacer pizza napolitana auténtica — desde amasar hasta cortar mozzarella — con un pizzaiolo local que te guía en cada paso. Disfruta una bruschetta de entrada, hornea tu propia pizza y comparte risas durante el almuerzo en el centro de Nápoles. Prepárate para calor humano, buena comida y recuerdos que duran.
Lo primero que noté fue la harina: suave y fresca entre mis dedos, casi como arena de playa pero más fina. Nuestro pizzaiolo, Antonio, sonrió cuando dudé con la masa. “Está viva”, dijo, y de alguna forma le creí. La cocina olía a levadura y a humo de leña del horno que estaba atrás. Apenas llegamos a la pizzería en el centro de Nápoles y ya nos tenía arremangados. Desde afuera se colaba música, alguien en una moto gritando a un amigo, y todo se sentía muy... napolitano, supongo.
No esperaba reírme tanto con la mozzarella. La cortamos en trozos irregulares (culpa mía) y Antonio nos explicó cuál es la que realmente se usa para la pizza Margherita aquí — me hizo repetir “fior di latte” hasta que sonó decente. Se rió de mi acento; yo del suyo. La salsa de tomate fue sencilla pero casi sagrada — los tomates olían tan frescos y dulces que no pude evitar probar un poco a escondidas (bueno, alguien me vio). La palabra clave aquí es clase de pizza napolitana, pero se sentía más como pasar el rato con amigos que una clase formal.
Después de darle forma a nuestras pizzas (la mía parecía más Australia que Italia), las metimos al horno juntos. Ese calor te golpea — como abrir un horno antiguo en casa pero multiplicado por diez. Mientras se cocinaban, apareció la bruschetta como aperitivo — con ajo y crujiente — y tomamos bebidas frías viendo cómo burbujeaban nuestras creaciones bajo el resplandor del horno. Comer lo que acabas de hacer en Nápoles, rodeado de todos en la mesa... es difícil explicar por qué eso se queda en la memoria días después.
Sí, se recibe a todos los niveles y hay guía durante toda la experiencia.
En una pizzería ubicada en el centro de Nápoles.
Sí, incluye agua y una bebida con la comida.
Empezarás con bruschetta y luego disfrutarás tu propia pizza hecha a mano.
Sí, el pizzaiolo habla inglés y dirige la clase.
Sí, pueden asistir bebés y niños pequeños; se permiten cochecitos o carriolas.
Sí, se proporcionan todos los ingredientes frescos y el equipo necesario.
Tu tarde incluye instrucción práctica con un pizzaiolo que habla inglés en el centro de Nápoles, todos los ingredientes frescos para hacer pizza napolitana tradicional desde cero — mozzarella y salsa de tomate — además de bruschetta como aperitivo, tu pizza horneada para almuerzo o cena, agua y una bebida, y para terminar, sorbete o café antes de volver a las animadas calles de Nápoles.
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