Recorre las animadas calles de Florencia al atardecer con un guía local, probando desde embutidos picantes en Via dei Neri hasta la auténtica bistecca florentina con vino toscano en Oltrarno. Risas por italianos mal pronunciados y historias detrás de cada bocado, incluyendo gelato artesanal para cerrar la noche con dulzura. No es solo tachar lugares, es sentirse parte de Florencia por una noche.
“No te vas a ir sin probar la verdadera bistecca,” nos sonrió Marco, nuestro guía, mientras nos abríamos paso junto a una Vespa medio aparcada en la acera. Apenas empezaba el tour nocturno de comida en Florencia y ya estábamos en Piazza della Signoria, que seguía vibrando incluso después del atardecer, con un violinista que hacía eco entre las piedras antiguas. Olí un aroma a aceite de trufa que venía de algún lado, o quizás solo era mi imaginación volando. Marco nos señaló la réplica del David (que, la verdad, impresiona igual) antes de llevarnos a una pequeña ventana de vino — la Buchetta del vino. Me pasó una copa por el hueco y me contó que Michelangelo podría haber hecho lo mismo hace siglos. Seguramente parecía turista, pero no me importó nada.
Luego fuimos a Via dei Neri — honestamente, podría vivir ahí solo por los bocadillos. Nos metimos en una pequeña tienda de paninis donde los locales ya estaban en plena hora del aperitivo. Los embutidos tenían un toque picante y más intenso de lo que esperaba; Marco dijo que eso es típico aquí, “más spezziato.” Intenté repetirlo y se rió — mi acento era imposible. Probamos pappa al pomodoro (todavía se me antoja esa sopa espesa de pan con tomate) y un paté que me sorprendió por su sabor tan terroso. La palabra clave aquí es tour nocturno de comida en Florencia, pero lo que realmente se queda es esa sensación de que todos se conocían o al menos fingían hacerlo.
El Ponte Vecchio brillaba dorado bajo las farolas mientras cruzábamos hacia Oltrarno — el aire estaba más fresco junto al río, pero aún se percibían aromas a carne asada de algún lugar cercano. La cena fue en una trattoria que parecía el salón de alguien: sillas desparejadas, charlas animadas, platos chocando. Sacaron la bistecca florentina — poco hecha, gruesa — y unas patatas tan crujientes que se oía el crujido cuando alguien mordía cerca. El maridaje con vino hizo que todo supiera más redondo (no sé si tiene sentido). Para cerrar, gelato de pistacho tan cremoso que casi me olvido de hacerle una foto antes de devorarlo.
Cuando terminamos en Piazza Santo Spirito, los pies me dolían, pero de esa manera buena que queda después de caminar toda la noche. Marco nos dio más consejos para el día siguiente — dónde tomar un café sin que te cobren de más, qué panaderías abren temprano. Me fui lleno (obvio), pero también con una conexión especial con Florencia, aunque fuera pequeña. A veces los tours de comida parecen montados; este se sintió como salir con amigos que realmente viven aquí.
El tour suele durar varias horas por la noche, con varias paradas para degustar y cenar.
Sí, incluye una cena sentada con bistecca florentina y guarniciones como parte de la experiencia.
Sí, hay varias catas de vino y otras bebidas locales durante toda la noche.
Sí, terminarás con gelato artesanal de una heladería auténtica.
El tour comienza en Piazza della Signoria, en el centro de Florencia.
Los grupos son pequeños e íntimos, con un máximo de 12 participantes por tour.
No incluye recogida; los participantes se reúnen en el punto de inicio cerca de Piazza della Signoria.
Debes informar sobre dietas específicas al reservar; algunas alergias pueden no ser compatibles por limitaciones de los locales.
Tu noche incluye 14 degustaciones en cinco paradas deliciosas: bocados en una histórica ventana de vino, aperitivo con embutidos y quesos locales en Via dei Neri, ravioli caseros con vino toscano, cena con bistecca florentina poco hecha y patatas asadas en Oltrarno, y para terminar, gelato artesanal — todo guiado por un experto foodie que habla inglés en grupos pequeños.
¿Necesitas ayuda para planear tu próxima actividad?