Recorrerás los jardines en terrazas de la Costa de Amalfi recogiendo hierbas y limones antes de arremangarte para una clase de cocina práctica en una cocina auténtica de finca. Aprende recetas familiares de locales y luego disfruta un almuerzo largo acompañado de vino regional y limoncello. Es divertido, lleno de vida y te llevarás esos sabores contigo.
Subimos por el camino estrecho sobre Amalfi, con las piernas un poco agarrotadas por el bus, y pensé: ¿cómo es posible cultivar en estas colinas? Nuestra guía, Lucía, nos recibió en la puerta con una sonrisa como si nos esperara desde siempre. El aire olía a verde intenso, casi burbujeante por todos esos limoneros. Nos repartió cestas y guantes, mencionando algo sobre el “Sfusato Amalfitano”, los limones locales, aunque seguro que lo pronuncié mal. Caminamos entre hileras de verduras y hierbas, rozando albahaca que me dejó los dedos pegajosos. Hubo un momento en que todos nos quedamos en silencio, escuchando abejas escondidas entre el tomillo.
Dentro de la cocina de la finca hacía calor y había un poco de caos: cuencos por todos lados, harina esparcida sobre la mesa. Lucía nos enseñó a rellenar flores de calabacín (yo rompí la primera, ella se rió y me mostró cómo hacerlo otra vez). Alguien derramó aceite de oliva y todos fingimos no verlo. Hacer pasta desde cero es más desordenado de lo que parece en YouTube. Mis espaguetis salieron torcidos, pero tenían sabor a sol. La palabra clave aquí es “clase de cocina en la Costa de Amalfi”, pero en realidad se sentía más como estar en la cena de una familia que en una clase cualquiera.
El almuerzo se alargó hasta la tarde: cuatro platos, quizá cinco si cuentas el espresso final. Comimos lo que habíamos preparado: bruschetta con tomates tan dulces que casi no necesitaban sal, mozzarella frita envuelta en hojas de limón (un sabor inesperado), raviolis rellenos de gambas y ralladura de limón. El vino local no paraba de aparecer en nuestras copas; el tío de Lucía lo servía directamente de una jarra que había traído de la bodega. Alguien preguntó por el limoncello y de repente aparecieron vasitos diminutos por todos lados. Aún recuerdo esa vista desde su terraza: la luz rebotando en los azulejos viejos, el mar brillando abajo, y esa sensación de estar lleno, no solo de comida.
Sí, los principiantes son bienvenidos; el chef local guía paso a paso.
Hay opciones vegetarianas si se solicitan al hacer la reserva.
Sí, los participantes recogen verduras y hierbas frescas de temporada directamente en los jardines en terrazas.
La experiencia dura varias horas, incluyendo el tour por el jardín, la clase de cocina y la comida.
No incluye recogida en hotel; hay opciones de transporte público cercanas.
No se permiten niños menores de 8 años; todos los participantes deben tener más de 7 años.
Sí, se proporcionan las recetas de todos los platos preparados al final de la clase.
Sí, se sirve limoncello casero de la Costa de Amalfi durante el almuerzo.
Tu día incluye un tour guiado por los jardines en terrazas y huertos de la Costa de Amalfi, recolección práctica de ingredientes con cestas y guantes incluidos, una clase de cocina dirigida por un chef experto usando los productos de temporada que tú mismo recoges, además de todos los platos preparados y especialidades locales extra. El almuerzo incluye vino regional y limoncello casero; agua embotellada y café napolitano completan la experiencia antes de que te lleves las recetas—y probablemente algo de harina en la camisa.
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