Recorrerás los mercados llenos de vida de Boloña con un guía local, probando desde mortadela hasta tortellini en brodo. Risas por palabras mal pronunciadas, charlas con los tenderos y ese primer bocado de Parmigiano Reggiano auténtico. Termina el día compartiendo un gelato al sol—y deseando tener espacio para más.
“No te fíes de quien diga que no le gusta la mortadela,” sonrió Marco mientras nos ofrecía finas lonchas recién cortadas. Apenas había llegado al Mercato delle Erbe cuando el aroma a pan fresco y algo casi a nuez—¿será el queso?—me envolvió. Nuestro pequeño grupo siguió a Marco entre puestos donde los vendedores llamaban la atención con ese tono cantado típico boloñés. Había mucha gente, pero sin prisas; la gente se paraba a charlar, y eso me encantó.
No esperaba reír tanto en un tour gastronómico. Marco bromeaba diciendo que los tortellini auténticos deben caber en una cucharilla (¡hasta nos hizo probar!), y cuando intenté pronunciar “aceto balsamico di Modena” seguro lo hice fatal porque la señora del mostrador se rió y me corrigió—pero con mucha ternura. Probamos bocados por todos lados: Parmigiano Reggiano salado que se deshacía en mis dedos, caldo tibio que olía a comida casera de domingo en casa de la abuela. La palabra clave aquí es tour gastronómico en Boloña, pero más que un tour parecía pasear con un amigo que conoce a todo el mundo.
Luego llegamos al barrio universitario, con sus viejas piedras y estudiantes que pasaban en bici. En una osteria nos apretujamos en bancos de madera junto a locales en su pausa para comer—de verdad, todavía sueño con ese plato de tortellini en brodo. Comer rodeado de charlas en italiano te hace sentir que perteneces, aunque sea un momento. Y de repente, el sol apareció en la Piazza Maggiore justo cuando nos dirigíamos al gelato (pistacho para mí). El final fue un poco abrupto—podría haber seguido comiendo—pero Marco nos dio un pequeño regalo “para después” y nos despidió con una sonrisa.
El recorrido a pie dura unas 4 horas.
Probarás tortellini en brodo, mortadela, queso Parmigiano Reggiano, aceto balsámico de Módena y gelato.
Sí, todas las zonas y superficies son accesibles para sillas de ruedas.
Habrá degustaciones en varias paradas, incluyendo platos calientes, pero no un almuerzo formal sentado.
Sí, hay opciones vegetarianas, pescetarianas y sin gluten si avisas al reservar.
El grupo pequeño tiene un máximo de 10 personas.
El punto de encuentro está en el centro de Boloña; te damos los detalles tras reservar.
No incluye recogida; debes llegar por tu cuenta al punto de encuentro.
Tu día incluye visitas a dos mercados tradicionales de Boloña y entre cuatro y seis paradas en tiendas familiares u osterias para degustar al menos ocho especialidades boloñesas (como tortellini en brodo, lonchas de mortadela, quesos curados), todo guiado por un experto local. Además, al final recibirás un pequeño regalo para disfrutar mientras sigues explorando la ciudad.
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