Esta es tu oportunidad para probar knaffeh recién hecho, degustar quesos de cabra artesanales en una granja familiar, visitar olivos centenarios y compartir un almuerzo en casa de un pueblo. Cada parada te acerca a los sabores reales de Galilea, guiado por locales que conocen cada atajo y historia.
“Prueba esto,” dijo nuestro guía, mientras me pasaba un trozo de knaffeh aún tibio. El queso dulce se estiraba al morderlo y, de fondo, se escuchaba el bullicio de los vendedores del mercado cercano. Habíamos empezado el tour gastronómico por Galilea temprano, justo cuando el sol comenzaba a calentar las colinas—el momento perfecto para probar la primera tanda de baklava antes de que desapareciera.
Más tarde, conocimos a una familia que tiene una pequeña quesería de cabra escondida entre olivos. Su hijo menor nos mostró cómo elaboran su queso premiado—incluso nos dejó probar una porción recién sacada del molde. El aire olía a hierba fresca y a la vez a la intensidad de las cabras cerca, y recuerdo lo orgullosos que estaban al contarnos su proceso.
Hicimos una parada en un antiguo molino de harina donde el pan pita salía del horno de leña, con bordes crujientes y un toque ahumado. Nuestro guía señaló olivos milenarios—algunos tan anchos que necesitarías a tres personas para abrazarlos. El almuerzo fue en una casa local: platos sencillos, muchas risas y café tan fuerte que te mantenía conversando mucho después del postre.
Sí, hay opciones vegetarianas si lo indicas al reservar. Solo avísanos con anticipación tu preferencia.
El grupo es pequeño, máximo 8 personas por reserva, para que la experiencia sea más personal y relajada.
¡Por supuesto! Bebés y niños pequeños pueden unirse; los cochecitos son bienvenidos en casi todas las paradas.
La visita al mercado solo está disponible martes, jueves y sábados. Si quieres incluirla, elige uno de esos días.
Tu día incluye todas las degustaciones—desde dulces en el mercado hasta quesos en la quesería—más la entrada a cada lugar del recorrido. También un almuerzo casero completo y acompañamiento constante para que nunca te sientas perdido o apurado. Y para moverte entre paradas, todo está organizado; solo trae hambre y ganas de descubrir.
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