Vas a cocinar junto a una familia drusa en su casa de Galilea, aprendiendo a enrollar hojas de parra y preparar varios platos tradicionales antes de compartir un almuerzo casero. Prepárate para risas con los errores de idioma, historias reales de la vida en el pueblo y sabores que recordarás mucho después del viaje.
Cuando entramos, ya había manos cubiertas de harina — creo que era la abuela, que nos sonrió y nos llamó como si fuéramos viejos amigos. La cocina olía a menta y algo cálido, ¿quizás comino? Nuestra guía, Yara, nos presentó a todos (olvidé la mitad de los nombres al instante) y empezó a contarnos sobre las creencias drusas. Confieso que antes de esta excursión en Galilea sabía muy poco de los drusos. Nos reímos mucho intentando pronunciar algunas palabras; Li se partía cuando intenté decir “yabrak” — seguro lo dije fatal.
Nos pusimos manos a la obra enrollando hojas de parra. Es más difícil de lo que parece — mi primer rollo parecía más un mini cojín que algo para el almuerzo. El relleno era pegajoso y aromático, y mis dedos resbalaban con las hojas. Yara me lo mostró otra vez, despacio esta vez, y su suegra me dio una palmada en el brazo como diciendo que había salido bien. Había cuatro o cinco platos en marcha: cuencos por todos lados, alguien picando hierbas tan rápido que parecía lluvia sobre la tabla. Las ventanas estaban abiertas y se oían niños jugando afuera, junto con ese leve olor a leña quemada que venía de alguna casa cercana.
Sentarnos a comer juntos fue casi demasiado informal para todo el trabajo que habíamos hecho — los platos se llenaron con lo que habíamos preparado (bueno, casi todo). Alguien sirvió un té dulce y herbal; a veces todavía recuerdo ese sabor cuando estoy en casa. Hablamos de la vida en el pueblo, de cómo se transmiten las recetas — hubo un momento de silencio, nadie decía nada, solo comíamos y nos mirábamos con complicidad. No sé por qué ese instante se quedó grabado en mí.
Sí, hay opciones vegetarianas si lo indicas al reservar.
El taller es para grupos de 2 a 4 personas por reserva.
Sí, después de cocinar compartirás una comida completa con lo que hayan preparado.
Sí, todas las áreas y el transporte son accesibles para sillas de ruedas.
Una familia drusa local te recibe en su casa y te guía junto con tu guía local.
Aprenderás a hacer hojas de parra rellenas y otros 3-4 platos tradicionales.
Sí, los bebés pueden ir en cochecito o silla especial que proporcionan.
Tu experiencia incluye clases prácticas de cocina con una familia drusa en su casa en Galilea, guía local durante toda la actividad, todos los ingredientes para varios platos tradicionales y un almuerzo casero compartido al final.
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