Recorre el casco antiguo de Madrid con un guía local, corta jamón ibérico en una bodega subterránea y disfruta vinos de Rioja antes de saltarte la cola para los famosos bocadillos de calamares. Prueba arroces creativos en el Barrio de las Letras y termina con chocolates artesanales y chocolate caliente. Saldrás lleno, tanto de comida como de historias para contar.
No esperaba que me importara tanto cómo se corta el jamón ibérico, pero ahí estaba yo, con las mangas remangadas en una antigua bodega subterránea de Madrid, intentando no destrozar la pieza mientras nuestro guía Luis sonreía con complicidad. El lugar olía a piedra y jamón curado, un aroma un poco húmedo y un poco intenso. Apenas empezaba el tour gastronómico y ya sentía que había entrado en la cocina de una familia en vez de en una “visita”. Con una copa de vino Rioja en la mano (que todavía no sé pronunciar bien), brindamos con desconocidos que de repente dejaron de serlo.
La caminata por el casco antiguo y el Barrio de las Letras fue más como seguir a un amigo que a un grupo. Luis saludaba a casi todo el mundo en cada esquina — una señora desde la ventana de su panadería nos regaló unos pastelitos diminutos. En La Campana, evitamos la cola (menos mal) y mordimos esos bocadillos de calamares fritos que estaban tan calientes que podías quemarte la lengua si no tenías cuidado. Dedos pringosos, pan suave, crujiente — sencillo pero perfecto después de tanto andar. No paraba de pensar en cómo los locales se los comen de pie en la calle, charlando de fútbol o política como si fuera lo más normal del mundo.
Creía conocer los arroces españoles, pero la parada en el Barrio de las Letras me hizo cambiar de opinión. No era exactamente paella — tenía algo más intenso, ¿quizás? El azafrán y un toque ahumado se pegaban a mi tenedor. Alguien preguntó por la receta y el chef solo nos guiñó un ojo. Pasamos por la Plaza Mayor y el Mercado de San Miguel mientras caía el atardecer; las luces se encendían en los puestos y el aire olía dulcemente a chocolate recién servido en tazas cercanas. Para entonces me dolían los pies, pero no me importaba nada.
La última parada fue para probar chocolates artesanales — tan ricos que casi me sentí culpable por comerme dos (casi). Luis nos contó historias del viejo Madrid entre sorbos de un espeso chocolate caliente; sus manos se movían tanto como su boca. Hubo risas cuando alguien intentó decir “gracias” con acento escocés (ni cerca). Al volver por esas calles estrechas, lleno y feliz, me sorprendí deseando recordar estos sabores la próxima vez que escuche español en casa.
El tour incluye cinco paradas gastronómicas diferentes por Madrid.
Sí, un guía local que habla inglés acompaña toda la experiencia.
El tour recorre el casco antiguo de Madrid y el Barrio de las Letras.
Sí, incluye tres bebidas locales, entre ellas vino Rioja.
Sí, podrás degustar jamón ibérico y aprender a cortarlo en una bodega centenaria.
La experiencia incluye varias degustaciones sustanciosas en cinco paradas, suficiente para una comida completa.
Durante el recorrido pasarás por ambos, Mercado de San Miguel y Plaza Mayor.
Sí, bebés y niños pequeños pueden unirse; se permiten cochecitos y sillas de paseo.
Tu tarde incluye cinco paradas gastronómicas seleccionadas en el casco antiguo de Madrid y el Barrio de las Letras, con tres bebidas locales como vino Rioja; acceso sin colas para los clásicos bocadillos de calamares; práctica de corte de jamón ibérico en una bodega centenaria; degustaciones de arroces creativos; chocolates artesanales con chocolate caliente; además de un guía local en inglés que te llevará desde el Mercado de San Miguel hasta la Plaza Mayor, todo a un ritmo tranquilo y apto para todos.
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