Camina por el casco antiguo de Zagreb con un guía local que comparte historias detrás de cada bocado — desde aperitivos istrianos hasta quesos del mercado y vinos regionales. Prueba platos caseros calientes, recorre calles llenas de color, enciende una vela en la Puerta de Piedra y termina con un postre mientras la ciudad brilla afuera. Te llevarás sabores nuevos (y quizás algunas palabras) que quedarán contigo mucho tiempo.
Confieso que no esperaba empezar mi día en Zagreb pensando en queso y rakija antes del mediodía, pero así comenzó este tour gastronómico — justo en la Plaza Ban Jelačić, donde parece que todos van a algún lado. Nuestra guía, Ana, nos llamó como si fuéramos viejos amigos. Nos contó que los locales simplemente la llaman “plac”, y eso me hizo sentir que me estaban dejando entrar en un secreto pequeño pero auténtico. La ciudad se sentía animada pero sin prisa; una llovizna sobre los adoquines hacía que todo oliera a café y piedra mojada.
Paseamos por la Plaza Europea (había un pequeño modelo de la ciudad ahí — más adorable de lo que esperaba) y luego entramos en nuestro primer restaurante para probar un aperitivo de Istria acompañado de vino. Intenté pronunciar “pašteta” correctamente — Ana sonrió con mi intento, así que quizás no lo hice tan mal. El plato frío tenía un sabor a tierra y frescura al mismo tiempo. Después fuimos al Mercado Dolac: paraguas rojos por todas partes, vendedores gritando precios de pimientos y cerezas. Es un bullicio agradable. Alguien me ofreció un trozo de queso con aceite de trufa — sinceramente, todavía recuerdo ese sabor.
El almuerzo fue un aperitivo caliente al estilo de Zagreb en un lugar escondido lejos de la calle principal. El sitio olía a carne asada y pan. Luego caminamos por la calle Tkalčićeva — llena de color, charlas, gente fumando fuera de las cafeterías o riendo mientras tomaban café. Esa mezcla de carteles antiguos y boutiques modernas te invita a detenerte cada pocos metros para mirar alrededor. En la Puerta de Piedra, la gente encendía velas en silencio; parecía un momento fuera del tiempo comparado con el resto de la ciudad.
Las agujas de la catedral se veían aún más altas de cerca (creo que me estiré demasiado el cuello), y luego pasamos por la Plaza de San Marcos antes de ir por más comida — esta vez un plato principal de Zagorje. Ana nos contó historias de su abuela haciendo štrukli a mano; incluso nos mostró fotos en su móvil mientras comíamos. Cruzamos el túnel Grič (huele un poco a humedad y el eco te acompaña cuando hablas) antes de terminar con un postre en la última parada — no nos dijeron qué era hasta que llegó a la mesa junto a una copa de vino dulce.
Me fui lleno pero también agradecido — no solo por la comida, sino por esos pequeños momentos: el queso con trufa en el Mercado Dolac, la luz de las velas en la Puerta de Piedra, la risa de Ana cuando alguien confundió “hvala” con “vala”. Si tienes curiosidad por la comida croata o simplemente quieres ver Zagreb con otros ojos (y paladar), esta es una forma perfecta de hacerlo.
El recorrido dura varias horas caminando por el casco antiguo de Zagreb con varias paradas para probar comida.
Sí, durante el tour disfrutarás de varias degustaciones, incluyendo aperitivos, plato principal, postre y vinos regionales.
Sí, el Mercado Dolac es uno de los puntos destacados donde probarás productos locales y quesos.
Se ofrecen menús vegetarianos si se solicitan con antelación; no se recomiendan opciones veganas.
No, no incluye recogida; el punto de encuentro es en la Plaza Ban Jelačić, en el centro de Zagreb.
El guía local profesional ofrece tours en inglés (otros idiomas pueden estar disponibles bajo petición).
El tour es apto para todos los niveles de condición física; los bebés pueden ir en cochecito o carrito.
Sí, se sirven varios vinos croatas en diferentes paradas durante el recorrido.
Tu día incluye paseos guiados por los barrios históricos de Zagreb con paradas en cuatro restaurantes diferentes para degustar platos regionales croatas — aperitivos de Istria y Zagreb, un plato principal de Zagorje, postre acompañado de vino dulce — además de visitas al Mercado Dolac para probar quesos y rakija durante el camino. Un guía local profesional te acompaña todo el tiempo; menús vegetarianos disponibles bajo petición.
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