En Casa Seganfredo, Gramado, te sentirás como en casa: charlas con los dueños, aprendes cómo hacen sus vinos, pruebas tintos y espumosos locales con quesos. Risas, sorpresas (como un perro amigable o un consejo inesperado) y la sensación de pasar la tarde entre amigos, no en un tour común.
Lo primero que me pasó fue que intenté abrir la puerta equivocada. Más adelante en el camino hay un cartel más grande, pero creo que me distrajo el aroma — dulce, a hierba fresca, un poco terroso — que te recibe apenas pisas las colinas de Gramado. Nos recibió Ana (una de las dueñas), que solo sonrió y nos hizo señas para que entráramos, sin formalidades. Nos pidió que la llamáramos Ana, no Señora Seganfredo — y eso me hizo sentir cómodo al instante.
El “tour” en Casa Seganfredo no es un tour tradicional, sino más bien sentarte a charlar con alguien que realmente ama el vino y quiere contagiarte esa pasión. Nuestro guía (Paulo, primo de Ana) tenía las manos manchadas de uva y hablaba de las cepas como si fueran familia. Nos mostró cómo usan el método champenois para sus espumosos — había oído hablar de él, pero nunca había visto tantas botellas reposando en silencio, esperando su momento. En la bodega se sentía una humedad fresca que me hizo estremecer, aunque afuera hacía calor.
No esperaba reír tanto en una visita de un día a una bodega en Gramado. Paulo intentó enseñarnos a girar la copa bien (“¡no como si estuvieras revolviendo sopa!”) y nos dio consejos para maridar — aquí el queso no es cualquier queso; probamos tres tipos, cada uno con su historia. El tinto dejó una sensación aterciopelada en la lengua, y el espumoso tenía un sabor casi festivo, si me entiendes. En un momento, el perro de Ana pasó caminando y todos paramos para acariciarlo en medio de la charla. Se sentía como estar en la tarde de alguien, no solo otro grupo más de turistas.
Sigo pensando en ese último sorbo antes de irnos — el sol brillante afuera después del fresco de la bodega, Paulo despidiéndose con su mano manchada de uva. Si buscas un tour privado de vino en Gramado que sea auténtico (y con traslado si lo pides), este es el indicado.
Sí, la bodega es accesible para personas en silla de ruedas.
Está a unos 8 km del centro de Gramado.
Sí, puedes pedir guía en inglés o francés al reservar.
Incluye varios vinos acompañados de tres tipos de queso.
Sí, bebés y niños son bienvenidos; se aceptan cochecitos y carriolas.
No incluye traslado por defecto; consulta al reservar para opciones.
Sí, Casa Seganfredo acepta animales de servicio.
Sí, el uso de mascarilla es obligatorio por medidas sanitarias.
Tu día incluye entrada a Casa Seganfredo en Gramado con un paseo tranquilo por la propiedad guiado por un sommelier o un familiar; charlarás sobre técnicas de elaboración, incluyendo el método champenois, y probarás varios vinos locales maridados con tres quesos, con consejos para servir y combinar.
¿Necesitas ayuda para planear tu próxima actividad?