Prueba Cape Town con koeksisters en Bo-Kaap, bobotie bajo las vides en Bree Street, chakalaka picante en De Waterkant y bunny chow en un animado bar deportivo. Ríe con locales y descubre historias detrás de cada plato mientras recorres unos 2 km con tu guía — no es solo comer, es sentir el pulso de Cape Town por una tarde.
Colores por todos lados — eso es lo primero que recuerdo de Bo-Kaap. Apenas habíamos empezado el tour gastronómico por Cape Town cuando el aroma a cardamomo y masa frita salió de una puerta. Nuestro guía, Ziyaad, nos invitó a probar koeksisters (unos dulces trenzados y pegajosos). Nos contó que su tía los hace “a la antigua”, y la verdad, todavía pienso en ese primer bocado — dulce pero sin pasarse, tibio aunque hacía viento afuera. Se oía la risa de un grupo de niños persiguiéndose en la esquina. Se sentía como un barrio de verdad, no solo un lugar para fotos.
Después de ese subidón de azúcar, caminar fue más fácil. Paseamos por calles secundarias donde cada pared parecía pintada más brillante que la anterior — rosas, verdes y amarillos que casi parecían irreales bajo la luz del mediodía. Ziyaad nos señaló una mezquita del siglo XIX; dijo que su abuelo solía rezar ahí. Luego nos dirigimos a Bree Street, llena de restaurantes y gente que parece conocerse de toda la vida. En Heritage Square nos sentamos bajo enredaderas (¡de uvas reales!) y probamos bobotie — algo así como un pastel de carne especiado con crema encima. No tenía ni idea de la mitad de las especias, pero era reconfortante de una forma inesperada.
Después llegó De Waterkant — tiendas más elegantes, casitas pintadas con los colores del arcoíris, cafeterías donde todos parecen estar escribiendo un guion o algo así. El aire olía a espresso y a algo floral que no supe identificar. Paramos en dos lugares para picar (no recuerdo todos los nombres), pero uno tenía un chakalaka que me dejó los labios cosquilleando por un buen rato. Ziyaad bromeó diciendo que cada familia tiene su “receta secreta”, pero en realidad nadie guarda secretos aquí — “solo fingimos”.
La última parada fue un bar deportivo antiguo cerca del centro — ruidoso, con pantallas por todos lados, gente gritando por partidos de rugby aunque no fueran en vivo. Comimos bunny chow (sí, pan relleno de curry) y pap con salsa picante mientras los locales discutían quién lo hace mejor. Los lunes terminan en otro sitio porque este bar cierra temprano; tuvimos suerte. No era elegante, pero se sentía auténtico — codos sobre mesas pegajosas, todos hablando a la vez. Al volver caminando con la luz del atardecer, me di cuenta de que aquí la comida es solo una excusa para escuchar las historias de la gente.
El recorrido a pie es de unos 2 km y dura varias horas según el ritmo del grupo.
No, no incluye recogida; los participantes se encuentran en el punto de inicio en Bo-Kaap.
Sí, se pueden adaptar dietas vegetarianas y sin gluten si se avisa al reservar.
Algunas degustaciones llevan alcohol; para quienes prefieran o sean menores de 18, hay alternativas sin alcohol como té rooibos o café.
Los niños mayores de 2 años necesitan ticket y deben ir acompañados por un adulto; se ofrecen bebidas alternativas para menores de 18.
El punto final habitual es uno de los bares deportivos más antiguos cerca del centro; los lunes termina en un lugar cercano por cierre temprano.
Sí, hay opciones de transporte público cerca de los puntos de inicio y fin.
Se pueden modificar platos para algunas alergias si se avisa con antelación, pero no se garantiza un ambiente 100% libre de alérgenos por cocinas compartidas.
Tu día incluye paseos guiados por los barrios de Bo-Kaap, Bree Street y De Waterkant con un experto local que comparte historia en el camino. Disfrutarás varias degustaciones de clásicos sudafricanos — koeksisters, bobotie, bunny chow — y bebidas desde té rooibos hasta opciones locales (siempre con alternativas sin alcohol). Todo incluido: degustaciones y guía; solo trae calzado cómodo y avisa sobre necesidades dietéticas al reservar.
¿Necesitas ayuda para planear tu próxima actividad?