En Lagos te remangarás para aprender a hacer desde cero el famoso pastel de nata portugués, guiado por un panadero local. Prueba tus tartaletas recién horneadas, comparte risas con otros viajeros y llévate la receta para repetir la experiencia en casa.
“Tienes que pellizcar la masa así,” dijo Ana, sus dedos se movían tan rápido que casi no lo vi. Estaba de pie en una mesa cubierta de harina en Lagos, con las mangas remangadas, intentando no reírme de mi intento torcido. La cocina olía a vainilla dulce y algo mantecoso — la verdad, nunca me había parado a pensar cómo se hacen los pasteles de nata antes de esto. Éramos seis alrededor de la mesa, compartiendo historias sobre de dónde veníamos y cuántos pastéis de nata habíamos devorado desde que llegamos a Portugal (mi cuenta era vergonzosamente alta). Ana sonrió y me pasó otro trozo de masa para intentarlo de nuevo.
¿Lo mejor? Nadie pretendía ser un experto — ni siquiera Ana, que seguro ha hecho miles de estos pasteles. Nos contó pequeñas anécdotas de la cocina de su abuela en Oporto mientras batíamos huevos con azúcar. Afuera el sol brillaba, pero la cocina se sentía acogedora, con risas cada vez que alguien salpicaba la crema o intentaba (y fallaba) pronunciar “nata” correctamente. Li se rió cuando lo dije en mandarín — seguro lo arruiné. Pero esa es la gracia de una clase de pastel de nata: te equivocas, aprendes algo nuevo y luego disfrutas lo que hiciste.
Cuando las tartaletas salieron del horno, todos nos quedamos en silencio un momento porque estaban doradas y perfectas (incluso la mía). El aroma — masa caliente y azúcar caramelizada — fue lo primero que nos llegó. Las dejamos enfriar unos treinta segundos (nadie pudo esperar más) y luego mordimos esa corteza crujiente y el centro cremoso. Honestamente, estaban mejor que cualquiera que hubiera probado en una pastelería. ¿Será porque las hicimos nosotros? O tal vez todo sabe mejor cuando estás rodeado de desconocidos con harina en las manos que de repente parecen amigos.
La clase suele durar entre 2 y 3 horas.
Sí, no se necesita experiencia previa en repostería.
Sí, todos los ingredientes y utensilios están incluidos.
Sí, te enviarán la receta en PDF por correo electrónico tras la experiencia.
La clase es en el centro de Lagos; los detalles se facilitan tras reservar.
El enfoque principal es hacer y degustar pastel de nata; no se incluyen otros platos.
Sí, los animales de servicio están permitidos durante la clase.
Sí, hay opciones de transporte público cerca.
Tu tarde incluye todos los ingredientes y utensilios para hacer pastel de nata desde cero, guía práctica de un panadero local, muchas oportunidades para charlar con otros viajeros en un ambiente con aroma a café, además de probar tus tartaletas recién horneadas y recibir la receta digital para que puedas repetirlo en casa.
¿Necesitas ayuda para planear tu próxima actividad?