En una pequeña cocina en Ámsterdam, amasarás a mano, cocinarás tus propios stroopwafels en planchas tradicionales, los rellenarás con sirope caliente y compartirás risas con café o té mientras se enfrían. Una experiencia relajada, divertida y auténtica con una guía local que te hace sentir como en casa — seguro te irás con olor a caramelo.
Lo primero que me atrapó fue ese aroma — caramelo, pero sin ser empalagoso, con un toque tostado. Acabábamos de entrar en un pequeño local escondido entre tiendas en pleno centro de Ámsterdam. Nuestra guía, Marijke, nos llamó con las manos llenas de harina y una sonrisa que decía “prepárense para ensuciarse”. Empezó a contarnos sobre los stroopwafels (yo los había estado pronunciando mal todo el tiempo — se rió cuando lo intenté), y cómo llevan acompañando a Holanda desde el siglo XVIII. Su voz, mezclada con el sonido de la masa al amasarse sobre madera, tenía algo muy reconfortante.
Confieso que estaba nervioso por arruinar mi stroopwafel — la palabra clave aquí es “clase de horneado”, pero en realidad se sentía más como estar en la cocina de alguien que como una lección formal. Marijke nos mostró cómo presionar la masa en esas planchas de hierro pesadas, y de repente llegó mi turno. El hierro silbó y salió un vapor rápido; mis manos se calentaron al sostenerlo. Abrir el wafel caliente para rellenarlo fue más difícil de lo que esperaba — el mío quedó un poco torcido, pero a nadie le importó.
Verter el sirope (“stroop”) dentro fue extrañamente satisfactorio. Se desbordó por todos lados, probablemente usé demasiado, pero sin arrepentimientos. Mientras los stroopwafels se enfriaban, nos sentamos con tazas de café (de ese que huele más fuerte que sabe) y compartimos historias con dos hermanas de Utrecht que venían por nostalgia. Alguien preguntó si se podían comprar en casa — Marijke solo sonrió y dijo que nada se compara a hacerlos tú mismo. Todavía recuerdo esa dulzura pegajosa en mis dedos.
El taller dura aproximadamente 45 minutos de principio a fin.
No, no hace falta experiencia previa; es apto para principiantes.
Sí, se ofrece café o té mientras tus stroopwafels se enfrían.
No se recomienda para menores de 6 años.
La clase se lleva a cabo en un local acogedor en el centro de Ámsterdam.
Dos stroopwafels XL recién hechos y un certificado de participación.
Sí, hay opciones de transporte público cercanas.
Sí, los animales de servicio están permitidos durante la actividad.
Tu día incluye todo el equipo para hornear, la guía de una instructora local profesional que comparte historias mientras avanzas, dos stroopwafels caseros XL para disfrutar o llevar, café o té fresco mientras esperas que se enfríen tus creaciones — y hasta un certificado para que puedas demostrar que lo hiciste tú mismo antes de salir a recorrer las calles de Ámsterdam.
¿Necesitas ayuda para planear tu próxima actividad?