Prueba cinco vinos artesanales de Xecue mientras contemplas los viñedos del Valle de Guadalupe, conoce a Alberta o José Luis y disfruta costillas a la parrilla con quesos y pan fresco. Prepárate para risas, calidez y tal vez un nuevo vino favorito.
Lo primero que me llamó la atención en Xecue no fue el vino, sino cómo la luz de la tarde acariciaba sus viñedos en Valle de Guadalupe. Se escuchaban algunos pájaros cerca de los olivos y el aroma de carne a la parrilla llegaba desde la cocina. Alberta nos recibió en la puerta con una sonrisa como si nos esperara hace tiempo. Me ofreció una copa de vino blanco (fresco, casi salado) y nos contó cómo ella y José Luis empezaron a hacer vino solo para compartir en casa, sin imaginar que llegaría tan lejos.
Nuestro guía local se reía con José Luis recordando la cosecha del año pasado (“demasiada lluvia, poca paciencia,” bromeaba). Intenté pronunciar “Nebbiolo” y Li se rió cuando lo dije mal. La sala de cata tiene vista a sus tierras; si miras con atención más allá de los romeros puedes ver de dónde viene cada uva. Probamos cinco vinos: tres tintos, un rosado que me sorprendió (nada dulce) y ese primer blanco. Cada sorbo era distinto: uno casi picante, otro suave como terciopelo. Había una tabla de quesos con mermelada local que sabía a algo que encontrarías en la mesa de un vecino.
El almuerzo llegó con calma: costillas de res a la parrilla con verduras, aún chisporroteando. Me manché la camisa con aceite de oliva (clásico). El equipo no apuraba a nadie; la gente se quedaba disfrutando sus copas o mirando las colinas. Parecía que nadie quería irse todavía. Aún recuerdo ese silencio justo al probar el primer bocado, un silencio que dice más que cualquier reseña.
Pruebas cinco vinos diferentes: tres tintos, un rosado y un blanco, todos elaborados por Xecue en Valle de Guadalupe.
Sí, el almuerzo incluye costillas de res a la parrilla con verduras y una tabla con quesos, carnes, pan, aceite de oliva y mermelada de la región.
El menú se centra en costillas y tabla de quesos; las opciones vegetarianas son limitadas según la información disponible.
Sí, todas las áreas y superficies de Xecue son accesibles para sillas de ruedas.
Hay opciones de transporte público cerca de la bodega Xecue en Valle de Guadalupe.
La experiencia la lideran Alberta (enóloga) o José Luis (vinicultor), quienes suelen compartir historias personales durante la visita.
La reserva especial de Xecue mezcla Cabernet Sauvignon, Merlot, Sirah y Nebbiolo cultivadas en distintos suelos del Valle de Guadalupe.
Tu día incluye la cata de cinco vinos caseros en la luminosa sala de Xecue con vista a los viñedos de Valle de Guadalupe, más costillas a la parrilla para almorzar acompañadas de quesos locales, pan, aceite de oliva y mermelada. La bodega es totalmente accesible y fácil de llegar en transporte público si lo necesitas.
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