Disfruta tacos de pescado frescos junto al mar, conoce las cantinas favoritas de los locales con música en vivo y cerveza fría, observa tortillas hechas a mano, saborea cocina Baja-Med en el almuerzo y prueba la margarita original en el histórico Casino Riviera, todo guiado por alguien que conoce cada rincón de la ciudad.
El aire de la mañana en Ensenada tiene ese toque salado que te despierta antes del primer café. Empezamos junto al malecón, donde los barcos pesqueros llegaban cargados con la pesca del día. Nuestro guía, Luis (que es de aquí), nos señaló los puestos con el pescado más fresco para los tacos. Nunca había probado un taco tan crujiente y ligero; la masa aún chisporroteaba cuando lo recibimos, y un chorrito de limón hacía que todo explotara de sabor. Si te gusta el marisco, esto es lo auténtico, sin trampas para turistas.
La siguiente parada fue una cantina que los locales adoran—dicen que es famosa en ambos lados de la frontera. Las puertas se abrieron con música norteña en vivo y risas que rebotaban en las mesas de madera vieja. La cerveza no está incluida, pero la verdad, tomar una bien fría mientras suena el acordeón te hace sentir parte de un club secreto. Los lunes está tranquila porque cierran, pero cualquier otro día está llena de vida.
No esperaba emocionarme con las tortillas, pero ver cómo se inflaban en la máquina caliente fue casi hipnótico. El aroma a maíz llenaba el pequeño espacio, me recordó a los desayunos de la infancia. Las probamos recién hechas, con solo un poco de sal. Simple, pero perfecto.
Las opciones para comer aquí son especiales: La Morocha si buscas ambiente animado o Muelle 3 para sabores Baja-Med (piensa en mariscos frescos con un toque único). Cada lugar tiene su onda; nuestro grupo se dividió y compartió bocados para que nadie se perdiera nada.
Si aún tienes energía después de tanta comida, queda una última parada: el Casino Riviera. El lugar rezuma glamour de otra época—sillas de terciopelo y historias de gangsters que se colaban durante la Prohibición. Tomamos margaritas (dicen que aquí se inventaron) mientras nuestro guía contaba anécdotas salvajes de estrellas de Hollywood y fiestas secretas de antaño. La bebida en sí: ácida, helada, con la sal justa en el borde—el broche perfecto para un día en Ensenada.
¡Sí! La ruta es accesible para sillas de ruedas y podemos ajustar las paradas según sea necesario, solo avísanos con anticipación.
No, las bebidas no están incluidas, pero puedes comprar lo que quieras en cada lugar.
Por favor, avísanos antes del tour y haremos lo posible por adaptar las comidas o sugerir alternativas en cada parada.
La experiencia suele durar entre 4 y 5 horas, dependiendo del ritmo y los intereses del grupo.
¡Claro! Podemos diseñar algo a medida para tu grupo o presupuesto, solo pregunta al reservar.
Siempre tendrás agua embotellada para mantenerte hidratado. Probarás un auténtico taco de pescado junto al mar y una tortilla recién hecha al momento. Los guías son locales que realmente quieren mostrarte sus lugares favoritos, no solo cumplir con un itinerario.
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