Recorre el bullicioso mercado de Marrakech con una chef local, elige especias y verduras frescas (solo sesión de mañana), y cocina platos marroquíes tradicionales en una cocina acogedora. Aprende recetas familiares de tajine, ensaladas y postres, y comparte tu comida con té de menta y risas—te llevarás mucho más que solo nuevas habilidades.
Alguien me pasa un manojo de menta — no la típica de supermercado, sino salvaje, enredada y con un aroma intenso. Sigo a nuestra guía, Fatima, por el mercado de Marrakech, y ella ya está regateando por unos tomates antes de que pueda asimilar todos los colores a mi alrededor. En el aire se mezcla el comino con algo dulce (¿dátiles?), y la verdad, solo intento no perder de vista su pañuelo mientras zigzagueamos entre los puestos. La visita al mercado es solo para la sesión de la mañana, pero se siente como la mitad de la experiencia — ver a Fatima saludar a cada vendedor por su nombre, elegir berenjenas con un apretón experto. Se ríe cuando intento pronunciar “zaalouk” bien; seguro que lo hice un desastre.
De vuelta en su cocina — que parece más la casa de alguien que un aula — nos lavamos las manos y nos ponemos manos a la obra pelando, cortando y bromeando sobre quién es el más lento con la cebolla. La chef local nos enseña a combinar especias para el tajine; mis dedos terminan manchados de amarillo por la cúrcuma y el Ras El Hanout. En un momento hay silencio mientras todos intentamos copiar su técnica para doblar la m’hencha (el postre de almendra), pero alguien deja caer su rollo de masa y nos echamos a reír. Cocinar aquí no es solo seguir recetas; son historias de abuelas, banquetes de bodas y por qué nunca hay que apresurar el cuscús.
El almuerzo es en un salón iluminado por el sol, con mesas bajas y té que huele ligeramente a flor de azahar. Probamos todo lo que preparamos — zaalouk aún tibio, tajine de kefta burbujeando en su cazuela de barro. Es desordenado, compartido y sabe mejor porque lo hicimos juntos. Fatima sirve el té a la manera marroquí, desde bien alto para que haga espuma. Sigo pensando en ese primer bocado de taktouka — pimientos ahumados con pan roto a mano — tal vez porque se sintió como un premio después de tanto cortar.
Sí, la clase es para todos los niveles y los chefs te guían paso a paso.
La sesión de la mañana a las 10:30 incluye visita guiada al mercado; la de la tarde no.
Prepararás ensaladas como zaalouk y taktouka, varios tajines o cuscús, y el postre m’hencha.
Sí, todas las recetas se envían por email en PDF tras la sesión.
Sí—el almuerzo está incluido en las clases de la mañana; la cena en las de la tarde.
La experiencia dura unas 4 horas en total.
Sí—los bebés pueden participar si están en el regazo de un adulto o en cochecito.
Tu día incluye todos los ingredientes del mercado local (si eliges la sesión de mañana), uso completo de la cocina en el centro de Marrakech, guía práctica de chefs locales en cada plato, almuerzo o cena según tu horario, café o té durante la comida, y las recetas digitales enviadas por email para que repitas todo en casa.
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