En Ramen Factory Kyoto te arremangarás para amasar, cortar fideos, mezclar tu propio caldo y preparar pollo o tofu, siempre con ayuda cercana y amable. Disfruta tu creación en un ambiente de cocina animado. Una experiencia práctica que te dejará satisfecho y con orgullo de tu plato.
Lo primero que noté fue el polvo de harina flotando en el aire, como rayos de sol atrapando copos de nieve. Apenas nos sentamos en la mesa de Ramen Factory, un miembro del equipo nos entregó delantales y un manual, todo con sonrisas y palabras de ánimo. Desde la habitación de al lado se escuchaba una risa (¿habrán derramado algo?) y afuera, el ruido del tráfico de Kyoto entraba por una ventana abierta. Nuestra instructora, Yuki, nos enseñó a amasar la masa para los fideos—mis manos se pegaron rápido y ella solo sonrió diciendo “¡más fuerza!” Mis brazos todavía lo recuerdan.
Hay algo muy relajante en estirar fideos frescos de ramen. La masa se sentía fría y suave bajo mis manos, aunque me costó varias intentos dejarla lo suficientemente fina. A Yuki no le importaron mis tiras irregulares; hasta me ayudó con el cortador para que quedaran parejas (aunque fallé igual). Todo el lugar olía a harina tostada mezclada con pollo asándose detrás de nosotros. También ofrecían tofu para vegetarianos—vi a otro invitado disfrutando su plato más tarde.
Mezclar el caldo fue toda una aventura. Había tantos tipos alineados—shoyu, miso, picantes que ni sabía pronunciar. Probé mezclar dos (seguro que un chef no lo haría), pero a mí me gustó. Cuando finalmente juntamos todo—los fideos en el caldo humeante, las rodajas de pollo o tofu encima—se veía casi demasiado bueno para comer. Casi. La comida estuvo llena de risas y charlas; la gente comparando sus platos y sacando fotos (sí, yo tomé demasiadas). Todavía recuerdo ese primer sorbo—caliente, salado y dulce a la vez, casi perfecto después de tanto trabajo.
Sí, hay opciones vegetarianas y veganas si se solicitan con anticipación.
La experiencia dura alrededor de 2 horas, incluyendo el almuerzo.
No, no se requiere experiencia; hay instrucciones y guías en cada mesa.
Sí, hay pollo halal bajo pedido; no se usa cerdo ni alcohol.
Sí, bebés y niños pequeños pueden participar; hay asientos especiales disponibles.
Tu día incluye todos los ingredientes para preparar ramen desde cero—masa para fideos, caldos, ingredientes como pollo o tofu—con guía de instructores locales durante todo el proceso. El almuerzo está incluido para que disfrutes tu ramen recién hecho antes de seguir explorando Kyoto.
¿Necesitas ayuda para planear tu próxima actividad?