Manos a la obra preparando caldo de ramen (sin fideos) y doblando gyozas caseras en una cocina típica de Kyoto. Recibe consejos prácticos de Yuki, ríete con las manos llenas de harina y disfruta un almuerzo hecho por ti mismo. Seguro que ese caldo calentito te quedará en la memoria mucho tiempo.
Para ser sincero, creía saber cómo sabía el ramen antes de esta clase en Kyoto. Pero al estar en esa pequeña cocina iluminada por el sol, lo primero que me atrapó fue el aroma del pescado seco cociéndose para el caldo. Nuestra anfitriona (nos pidió que la llamáramos Yuki) tenía una manera muy dulce de mostrarnos cómo cortar el jengibre justo como se debe, y se rió cuando intenté pronunciar “gyoza” correctamente — al parecer mi acento lo hacía sonar como “vaca”. La masa para las gyozas estaba más pegajosa de lo que esperaba; harina por todos lados, pero a nadie le importó. No teníamos prisa.
Yuki usó la receta de caldo de ramen de su madre — nos dijo que no es como el que sirven en los restaurantes, sino más bien el que se come en casa después del colegio. No hicimos los fideos (nos explicó por qué — algo sobre el tiempo y la textura), pero honestamente, doblar esas empanadillas desde cero ya fue un buen reto para mí. Hubo un momento en que todos nos quedamos en silencio porque el pepino encurtido olía tan fresco y potente junto al caldo caliente. Es curioso cómo la comida puede provocar eso.
La clase es pequeña (solo éramos cuatro más Yuki), lo que hizo que se sintiera menos como una lección y más como estar en casa de alguien. Ella revisaba que estuviéramos bien con los cuchillos — aparentemente hay que tener más de diez años para participar, lo cual tiene sentido después de manejar esas masas. El almuerzo fue simplemente lo que cocinamos juntos en su mesa, nada sofisticado, pero todavía recuerdo esa primera mordida de gyoza bañada en salsa. Me fui con harina en la camisa y una nota en el móvil para “caldo de pescado seco”, aunque no sé dónde lo encontraré en casa.
No, en la clase no se preparan los fideos; solo se hace el caldo desde cero con una receta familiar.
No, lamentablemente no hay opciones vegetarianas o veganas porque el caldo se hace con pescado seco.
Los participantes deben tener al menos 10 años debido al uso de cuchillos durante la clase.
No, solo pueden asistir quienes cocinen, por espacio limitado; no se permiten espectadores.
La clase se lleva a cabo en una cocina local de una casa en Kyoto para una experiencia auténtica.
Sí, el almuerzo está incluido y comerás lo que prepares durante la clase.
Debes avisar a la anfitriona antes de reservar; algunas restricciones pueden no ser posibles por los ingredientes usados.
El grupo es pequeño, normalmente hasta cuatro personas por sesión.
Tu día incluye todos los ingredientes para preparar el caldo de ramen (con caldo de pescado seco), gyozas caseras con masa hecha a mano, pepinos encurtidos, instrucciones prácticas de tu anfitriona local Yuki y un almuerzo con todo lo que cocinasteis juntos en su mesa antes de volver a salir a las calles de Kyoto.
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