Camina entre limoneros en Sorrento, descubre los secretos familiares del aceite de oliva y limoncello, y prueba desde vino casero hasta queso con miel. Un guía local te recibe como en casa. Ríete y disfruta un almuerzo bajo las vides con sabores auténticos.
Casi me tropiezo con una gallina nada más llegar — la verdad, estaba tan embobado mirando los limoneros que no miraba por dónde pisaba. El aire en esta finca de Sorrento huele a cítricos y a tierra, como a heno calentado por el sol. Nuestra guía María (que parece ser pariente de todos aquí) nos llamó con una sonrisa y nos enseñó cómo su nonna todavía hace el aceite de oliva a mano. Había un viejo molino de piedra, con algunas grietas pero funcionando — nos dejó probar el aceite recién salido de la prensa, picante y verde. Nunca pensé que el aceite de oliva pudiera hacer cosquillas en la lengua.
Recorrimos entre filas de olivos y limones, María señalando cuáles eran del bisabuelo. Contó anécdotas de cosechas que salieron bien y otras no tanto — su tío una vez se quedó dormido en el huerto durante la siesta y despertó cubierto de abejas (ella jura que es verdad). La bodega era fresca y olía a madera antigua; su vino tinto de mesa lo sirven de unos grandes recipientes de cristal. Quise preguntar sobre la fermentación, pero me distraje con un plato de queso bañado en miel — esa mezcla me sorprendió.
El almuerzo fue al aire libre, bajo las vides, con todo lo que se cultiva en la finca: pan fresco, tomates tan dulces que casi no necesitaban sal, mermelada casera e incluso limonada hecha allí mismo. Alguien pidió repetir limoncello (yo no... bueno, quizá sí). La experiencia se sintió más como visitar a familiares lejanos que un tour turístico. Al final, todos teníamos las manos pegajosas y nos reíamos de nuestros intentos de pronunciar italiano — María sólo nos miraba con cariño. Todavía recuerdo ese primer sorbo de aceite cada vez que cocino.
Sí, incluye recogida y regreso desde puntos de encuentro designados.
Probarás limonada fresca, especialidades de aceite de oliva, mermeladas de cítricos, miel, queso, limoncello, vino tinto de mesa y una comida tradicional italiana.
La misma familia lleva cuatro generaciones cuidando y trabajando la finca.
Sí, es apto para todos los niveles de condición física y accesible para sillas de ruedas.
Sí, incluye un almuerzo ligero con productos orgánicos cultivados en la finca.
Sí, pero no incluye comidas para bebés; la edad mínima para degustar alcohol es 18 años.
Tu día incluye recogida y regreso en puntos establecidos alrededor de Sorrento, paseos guiados entre olivos y limoneros con demostraciones prácticas de los locales, catas de aceite de oliva, limoncello y vino en su bodega rústica, además de un almuerzo ligero con productos orgánicos cultivados en la finca antes de volver relajado y satisfecho.
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