Amasarás pasta a mano en una cocina de Sorrento, freirás berenjena mientras charlas con locales y terminarás con un tiramisú de limón casero—todo acompañado de vino durante el almuerzo. Es cocina práctica con historias reales y muchas risas, no solo recetas. Prepárate para tener harina en la camisa y quizás hacer nuevos amigos para el postre.
Cuando la berenjena tocó la sartén, se escuchó un chisporroteo más fuerte de lo que esperaba. Las ventanas de la cocina daban a un pequeño patio, y se oían scooters pasando afuera, pero lo que realmente me atrapaba era el olor a aceite de oliva y ajo. La chef (creo que se llamaba Lucía) nos enseñó a cortar la berenjena bien finita, y se reía de mis torpezas con el cuchillo. “Piano piano”, decía—despacio despacio. Intenté repetirlo, pero seguro soné como turista perdido.
Hicimos la pasta a mano—todavía me duelen los brazos—y Lucía nos explicó por qué la harina de Sorrento es especial (algo del aire, creo; no lo entendí del todo, pero se nota en el sabor). Amasar con todos alrededor de la mesa fue una experiencia extraña pero cercana; harina por todos lados, comparando formas, y el teléfono de alguien sonando con un ringtone de Nápoles. En un momento se derramó vino y nadie se preocupó porque ya habíamos tomado un par de copas. Lo que más me quedó claro fue que aquí todo es “manos a la obra”—realmente haces todo tú mismo.
El almuerzo fue justo lo que cocinamos: nuestra pasta casera, la parmigiana de berenjena al horno (con bordes de queso burbujeando), y un tiramisú de limón que sabía a verano. Llevaba limoncello—creo que mi cara hizo reír a todos cuando di el primer bocado. Nos quedamos charlando sobre las tradiciones culinarias de Nápoles, y Lucía nos contó cómo su abuela hacía tiramisú para los cumpleaños. No parecía una clase, sino como si nos hubieran invitado a su casa por la tarde. Todavía recuerdo ese aroma a limón en mis manos después de lavarlas.
Prepararás pasta casera, parmigiana de berenjena o dos tipos de pasta según el plan de la chef, y tiramisú de limón con limoncello.
Sí, durante la comida se sirve vino local.
La experiencia práctica dura unas 3 horas, incluyendo el almuerzo o la cena.
Sí, hay opciones vegetarianas si las pides al reservar.
Sí, tanto el transporte como las instalaciones son accesibles para sillas de ruedas.
Los bebés y niños pequeños pueden asistir; se permiten cochecitos.
Puedes elegir entre empezar a las 10:00 am (con almuerzo) o a las 3:00 pm (con cena).
Tu día incluye todos los ingredientes para tres platos—pasta casera, plato principal (como parmigiana de berenjena), postre (tiramisú de limón), además de una cata de vino local durante la comida. También cubre impuestos y tasas; hay opciones vegetarianas si las necesitas.
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