En pleno centro de Siena, ponte manos a la obra en una clase práctica de cocina toscana con un chef local. Prepara platos clásicos desde cero (sí, hasta la pasta), y luego comparte la cena con tu grupo acompañada de vino Chianti. Risas, caos de cocina real y recetas para llevar a casa, más esa calidez que solo la comida casera puede dar.
Jamás pensé que la harina pudiera volar por todas partes tan rápido, pero ahí estaba yo, con las mangas remangadas en pleno Siena, intentando darle forma a los pici como nos enseñaba Francesco. Él es el dueño y nuestro guía del día, y la verdad, lo hacía parecer facilísimo. La cocina olía a albahaca fresca y ajo (y quizás un poco a nervios míos), mientras afuera las campanas de la iglesia resonaban contra esas viejas paredes de piedra. Había estado recorriendo Siena toda la mañana, pero esto se sentía como entrar en casa de alguien: un poco caótico, con todos riéndose de sus masas irregulares.
Francesco tiene una forma de explicar que te anima a intentarlo aunque estés seguro de que la vas a liar. Nos contó historias sobre las recetas de su abuela mientras picábamos tomates para la pappa al pomodoro — nunca me había dado cuenta de lo mucho que la comida toscana es cuestión de paciencia. Hubo un momento en que alguien preguntó si habíamos hecho gnocchi antes y casi todos negaron con la cabeza; Francesco sonrió y dijo: “Hoy es el día.” La palabra clave aquí es “clase de cocina toscana”, porque no solo miras, sino que haces todo con tus propias manos (aunque tus raviolis terminen pareciendo más bien albóndigas).
Cuando nos sentamos a cenar, mis manos todavía olían a romero. La comida sabía diferente sabiendo que habíamos hecho cada plato — especialmente cuando sacaron el Chianti y todos empezaron a compartir historias de sus pueblos. Alguien intentó decir “grazie” con un acento muy americano y se ganó un aplauso de Francesco. Aún recuerdo esa vista desde la ventana: luz dorada sobre los tejados de terracota, el tintinear suave de los platos mientras todos repetían. Si estás pensando en una excursión de un día o una clase privada en Siena, este es uno de esos momentos auténticos que se quedan contigo más que cualquier souvenir.
Sí, no se necesita experiencia; el chef guía a todos paso a paso.
Sí, se ofrecen menús vegetarianos y sin gluten bajo petición.
El grupo máximo es de 15 personas por sesión.
Las clases grupales son en inglés; las privadas pueden ser en otros idiomas.
Harás cinco recetas tradicionales, desde el entrante hasta el postre; el menú varía según la temporada.
Sí, la cena incluye todos los platos preparados durante la lección y vino Chianti local.
La escuela está en el centro de Siena, con fácil acceso en transporte público.
La escuela es accesible para sillas de ruedas; los bebés pueden asistir acompañados de un adulto.
Tu día incluye todos los ingredientes y utensilios en la bien equipada escuela de cocina de Lella, en el centro de Siena. Tras preparar un menú toscano completo desde el entrante hasta el postre con tu pequeño grupo y el chef Francesco, disfrutarás de la cena juntos con pasta casera y platos tradicionales maridados con vino Chianti antes de salir a la fresca noche.
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