Disfruta un café romano auténtico en un café local con ambiente, prueba la pizza legendaria de Bonci y déjate llevar por la energía del mercado Trionfale con trufas, vinagre balsámico y mozzarella fresca por doquier. Termina con pasta romana clásica y tiramisú casero en una trattoria familiar, brindando con vino sin medida. Un desorden delicioso.
Ya llevábamos medio espresso cuando Marta, nuestra guía, nos llamó con una sonrisa que decía “esto se va a poner bueno”. El café estaba lleno: locales apretados en la barra, lanzando monedas y pedidos en un italiano que apenas entendía. Mi cappuccino llegó con una galletita diminuta que se deshacía antes de que pudiera salir. Marta preguntó si alguien había probado el “caffè corretto”. Un valiente dijo que sí, y el resto nos reímos nerviosos.
La siguiente parada fue la pizzería de Bonci. Había oído hablar de este lugar, algo así como “el Miguel Ángel de la pizza”, pero verlo en persona es otra cosa: enormes porciones con ingredientes como flores de calabacín o mortadela con pistacho. Elegí algo verde y aceitoso (aún no sé qué era), pero la masa era tan ligera que casi olvidé que estaba comiendo pizza. Marta nos contó que cada ingrediente viene de granjas o mercados cercanos, y hasta nos presentó a uno de los panaderos, que nos saludó tímido pero orgulloso de que nos gustara.
El mercado Trionfale fue un golpe de ruido y color: vendedores gritando precios, señoras regateando tomates, niños corriendo entre los puestos. En un momento me perdí del grupo porque me detuve a oler albahaca (aquí huele diferente, de verdad). Probamos queso con trufa, mojamos pan en un vinagre balsámico tan intenso que me picó la lengua, y comimos mozzarella tan fresca que crujía entre mis dientes. En un instante, un hombre mayor me dio una loncha de prosciutto sin decir palabra, solo con un gesto, y eso me pareció más romano que nada.
Cuando nos sentamos a almorzar en Il Segreto, no estaba seguro de poder comer más, pero llegó la pasta: cacio e pepe, brillante y con mucho pimienta, y un tiramisú que parecía aire. El vino no paraba de servirse hasta que alguien dijo basta (no fui yo). La hija del dueño salió a preguntarnos si todo estaba bien; su inglés era tímido, pero la sonrisa, auténtica. Salir a la calle bajo el sol después de tanta comida fue casi irreal—todavía recuerdo esa calle llena de scooters y ropa tendida ondeando arriba.
El tour incluye más de 25 degustaciones en seis locales muy apreciados por los romanos.
Sí, visitarás el mercado Trionfale para probar productos en varios puestos destacados.
Sí, durante el tour podrás probar pizza en la famosa pizzería de Bonci.
Incluye café al inicio y vino ilimitado durante el almuerzo para quien quiera.
Sí, te sentarás a disfrutar pasta fresca y tiramisú en el restaurante Il Segreto.
Sí, todas las zonas y opciones de transporte son accesibles para sillas de ruedas.
Puedes informar sobre cualquier necesidad dietética al reservar tu lugar.
La experiencia empieza en un café local cerca de la estación Roma Termini.
Tu día incluye un café para arrancar con energía, degustaciones en la famosa pizzería de Bonci y tiendas gourmet (con trufas y balsámico añejo), muestras en varios puestos del mercado Trionfale, y un almuerzo tranquilo con pasta fresca y tiramisú casero, todo acompañado con todo el vino local que quieras antes de volver a las vibrantes calles de Roma.
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