Manos a la masa en un palacio romano del siglo XVII con chefs locales que te guían para hacer pizza y gelato. Empieza con Prosecco y antipasti, aprende a amasar, elige tus ingredientes favoritos y disfruta tus creaciones con vino en una cena en grupo. Ambiente cálido, divertido y con nuevas habilidades (y quizás nuevos amigos).
Antes de que pudiera dejar mi bolso, ya me habían servido una copa fría de Prosecco — así empezó esta clase de pizza y gelato en Roma. La cocina del palacio parecía más la de una casa que una escuela, con la luz del sol reflejándose en los azulejos antiguos y el aroma a harina en el aire. Nuestro chef, Marco, sonrió y nos llamó a la gran mesa de madera. Cambiaba entre inglés e italiano con tanta naturalidad que me dieron ganas de haber prestado más en las clases de idiomas. Hubo un momento en que me puso las manos sobre la masa — “así, ¿ves?” — y de repente estaba amasando pizza de verdad, no solo mirando vídeos en YouTube desde casa.
No esperaba reír tanto. Quizá fue el vino o simplemente cómo todos nos soltamos al comparar nuestras masas irregulares (la mía parecía Australia). Marco iba soltando datos curiosos sobre las tradiciones culinarias romanas — ¿sabías que el gelato auténtico es más sedoso que el helado porque lleva menos grasa? Elegimos ingredientes de cuencos llenos de prosciutto, aceitunas, verduras asadas… Yo me pasé con las alcachofas. El calor del horno hacía que todo oliera a tostado y acogedor, como pasar por una panadería temprano en la mañana.
¿Lo mejor? Sentarnos todos juntos en esa mesa larga después de cocinar, con el tintinear de los platos y las historias de viajes compartidas. Mi gelato no quedó perfecto, pero a nadie le importó — una mujer dijo que el suyo le recordaba a los veranos de su infancia. Marco sirvió otra copa de vino para quien quisiera. Aún recuerdo esa sensación: lleno, pero no solo de comida. Si buscas algo relajado pero con auténtico sabor romano (y sí, te dan todas las recetas por código QR), esta clase de pizza y gelato desde el centro de Roma vale totalmente la pena.
La clase se lleva a cabo en un palacio histórico del siglo XVII en el centro de Roma.
Sí, chefs locales amables guían la clase en inglés.
Harás pizza italiana auténtica desde cero y gelato casero.
La experiencia comienza con Prosecco y aperitivos al estilo romano; durante la cena se sirve vino.
Sí, hay opciones vegetarianas si lo indicas al reservar.
Sí, es ideal para familias, parejas, viajeros solos o cualquiera que ame la comida.
Al final de la clase te entregan todas las recetas vía código QR.
Sí, hay opciones de transporte público cerca del lugar.
Tu velada incluye una copa de Prosecco de bienvenida con aperitivos romanos en la cocina de un palacio histórico; guía paso a paso de un chef local que habla inglés; todos los ingredientes para hacer pizza fresca (con toppings a tu elección) y gelato cremoso casero; cena de dos platos con vino italiano; y recetas digitales para llevar a casa.
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