Ríe con nuevos amigos mientras haces pasta fresca en una cocina romana llena de vida, guiado por una chef local que comparte recetas y anécdotas familiares. Prueba tres spritz italianos distintos mientras cocinas y disfrutas en el corazón de Roma. Llévate las recetas y recuerdos que duran más que la harina en tus manos.
Antes de que pueda quitarme la chaqueta, alguien me pasa un vaso frío — naranja brillante, burbujeante, con aroma a naranjas y un toque herbal. Claro, un Aperol spritz. Martina, nuestra chef, sonríe y nos dice “¡Salute!” y en un instante todos reímos juntos aunque muchos apenas nos conocemos desde hace cinco minutos. Las ventanas de la cocina están abiertas y se escucha Roma afuera — motos, una campana de iglesia, alguien gritando “¡andiamo!” por la calle. No es silencio, pero se siente bien.
Enseguida tenemos harina por todos lados. Martina nos enseña a hacer la masa de pasta desde cero (yo rompí el huevo raro, pero ella solo me guiñó un ojo). Hay un momento en que las manos se pegan y dudas si lo haces bien — y de repente la masa cobra vida y empiezas a estirar fettuccine con extraños que ya parecen amigos. Mientras tanto, nos cuenta la receta de carbonara de su nonna y todos tomamos spritz Hugo (¿menta y un toque floral? Me gustó más de lo que esperaba). Alguien intenta decir “pecorino” con acento americano y todos estallamos en risas.
Cuando por fin nos sentamos a comer nuestra pasta — cacio e pepe para mí — tengo salsa en la camisa y no me importa. Martina sirve spritz de Limoncello para todos y dice que la comida sabe mejor cuando la haces tú mismo. Tiene razón. Todavía recuerdo ese primer bocado: picante, cremoso, rico y sencillo a la vez. Quizá fue el vino, pero nadie tenía prisa por levantarse de la mesa.
Incluye hacer pasta fresca con salsa, probar tres spritz diferentes, agua y refrescos ilimitados, recetas para llevar y la guía de un chef local.
La clase se hace en el centro de Roma; el punto de encuentro exacto puede variar pero siempre está a cinco minutos a pie entre dos ubicaciones.
No se puede adaptar a celiaquía, intolerancia al gluten, dietas veganas o sin lactosa por los ingredientes usados. Avisar con antelación para otras restricciones.
Harás y probarás tres spritz italianos: Aperol Spritz, Hugo Spritz y Limoncello Spritz.
No incluye recogida en hotel, pero hay opciones de transporte público cercanas para llegar fácilmente.
La experiencia no es apta para bebés; si asisten deben ir en el regazo de un adulto ya que no hay asientos ni espacio de trabajo para ellos.
No se especifica la duración exacta, pero es una sesión por la tarde que incluye tiempo para preparar bebidas, hacer pasta, comer y charlar.
Tu tarde incluye la guía experta de una chef local mientras preparas fettuccine caseros con salsa tradicional en el centro de Roma. Disfrutarás tres spritz italianos — Aperol, Hugo y Limoncello — además de agua y refrescos ilimitados durante toda la clase. Las recetas son para que las lleves a casa y sigas cocinando mucho después de tu viaje a Roma.
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