En Palermo, ponte manos a la obra para hacer pizza y gelato con la guía de un chef local. Prueba tus creaciones en un almuerzo con vino, comparte historias y llévate recetas (y tal vez algo de harina en la ropa). Aquí no importa la perfección, sino el sabor, las risas y sentirte parte de la vida siciliana por una tarde.
“¡Vas a arruinar la masa!” se rió nuestro chef, sin mala intención, mientras yo presionaba demasiado el borde. La cocina olía a levadura tibia y albahaca — la verdad, nunca había notado lo diferente que es la mozzarella auténtica hasta que tienes que desgarrarla con las manos. Estábamos a solo unas cuadras de las calles antiguas de Palermo, pero adentro parecía la cocina de una familia. Había harina por todos lados (casi toda culpa mía), y el pizzaiolo no paraba de contar historias sobre la salsa secreta de su nonna. Intenté decir “pizzaiolo” con mi mejor italiano — me gané un aplauso por el intento, no por la pronunciación.
Hacer pizza resultó ser más relajante de lo que esperaba. Mi pareja terminó con una Margherita algo torcida, pero juró que sabía mejor así. Mientras la masa reposaba (que tarda más de lo que crees cuando tienes hambre), tomamos un poco de vino Marsala y escuchamos al chef explicar por qué los tomates sicilianos son tan dulces. Algo del sol — señaló por la ventana la luz que caía sobre los tejados. Luego llegó el gelato: chocolate tan intenso que se pegaba a la cuchara, y hasta hicimos los conos nosotros mismos. El mío parecía un sombrero pequeño, pero estaba delicioso.
Sigo pensando en ese primer bocado — corteza caliente, queso fresco y salsa con un toque generoso de ajo. Todos compartimos pedazos alrededor de la mesa; había una conexión fácil entre desconocidos que compartían comida hecha con sus propias manos. Al final, el chef nos entregó unos certificados (el mío lo guardo para siempre) y un recetario digital para repetir en casa. Aunque no sé si mi cocina alguna vez olerá igual que esa en Palermo…
Sí, las familias son bienvenidas y los niños pueden participar haciendo pizza y gelato.
Sí, incluyen recetas vegetarianas si avisas con anticipación.
Sí, comerás lo que prepares como almuerzo o cena, acompañado de vino o refrescos.
La clase es en el centro de Palermo, cerca de transporte público.
No, no se menciona recogida; debes llegar por tu cuenta.
Sí, solo avisa antes sobre alergias o intolerancias, excepto celiaquía.
Sí, te entregan un recetario digital con todas las recetas de la clase.
Sí, se sirve vino (incluido Marsala) para adultos y refrescos para niños.
Tu tarde incluye todos los ingredientes y utensilios para hacer pizza y gelato de chocolate (incluso los conos), clases prácticas con un chef local en Palermo, almuerzo o cena con vino o refrescos según la edad, además de un recetario digital y un divertido certificado de graduación para llevar a casa.
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