Aprenderás a preparar tagliatelle frescos, estirar mozzarella tibia de leche local y montar tiramisú con la receta de la Nonna María en una cocina tradicional con vistas a la costa. Disfruta vino casero mientras te relajas entre platos, aprendiendo de locales que te tratan como de la familia. No se trata de perfección, sino de risas, sol y sabores auténticos que recordarás siempre.
Sales del coche y ahí está — la Costa Amalfitana, toda envuelta en una bruma azul y rodeada de limoneros, justo abajo. Apenas habíamos saludado a nuestro anfitrión (Antonio, con esa risa fácil que solo tienen los que crecieron aquí) cuando ya nos estaba pasando los delantales y llevándonos a esa antigua cocina de piedra. Las ventanas estaban abiertas de par en par, se escuchaban gallinas a lo lejos, y la luz sobre la encimera de azulejos era... bueno, intenté hacer una foto pero no logró capturarla. Había un aroma — ¿albahaca? O simplemente todo fresco al mismo tiempo.
Empezamos con el tiramisú (ya sé, postre primero — Antonio nos guiñó un ojo y dijo que la Nonna María siempre lo hacía así). Nos enseñó a montar las capas de los bizcochos empapados en café sin que se deshicieran; yo me pasé de empapado, pero a nadie le importó. Mientras se enfriaba, nos sentamos afuera con vino casero — sinceramente, todavía no sé qué uvas usan aquí, pero sabía a tarde de verano. Luego vino la mozzarella: leche tibia recién sacada de su propia vaca (Li intentó pronunciar su nombre — “¿Bianca?” — y todos se rieron menos la vaca). Es más suave que cualquier queso que haya probado en casa.
La máquina para hacer pasta parecía más vieja que yo, pero funcionaba como por arte de magia. Estirar tagliatelle con harina por todas partes se sentía menos como cocinar y más como jugar con amigos que acabas de conocer. Las verduras para la salsa venían justo de fuera; la nonna de alguien estaba recogiendo tomates mientras cocinábamos. La comida fue ruidosa y desordenada, pero en el mejor sentido — platos pasando de mano en mano, aceite de oliva cayendo sobre el mantel, y nadie preocupado por el móvil o el reloj por una vez. Comes mirando esos acantilados y piensas: sí, por esto viene la gente aquí.
Sí, bebés y niños pequeños pueden participar con cochecito o silla de paseo.
El menú incluye tagliatelle con verduras; avisa de tus necesidades al reservar.
Sí, la comida está incluida tras cocinar juntos.
Prepararás tiramisú, mozzarella fresca y tagliatelle con verduras.
Sí, se sirve vino casero durante la experiencia para mayores de 18 años.
La clase se lleva a cabo en una finca auténtica sobre la Costa Amalfitana.
Sí, hay opciones de transporte público cerca de la finca.
Los animales de servicio están permitidos en esta actividad.
Tu día incluye todo el equipo para cocinar (pasta, mozzarella, tiramisú), delantales para que no te preocupes por la harina, vino casero para adultos, además de agua embotellada y refrescos para todos. La comida o cena está incluida — todo hecho con ingredientes orgánicos de la finca antes de volver al pueblo.
¿Necesitas ayuda para planear tu próxima actividad?