Probarás vinos de Chianti en dos bodegas orgánicas con un guía local que sabe y bromea. El almuerzo es una fiesta alegre en la famosa carnicería de Dario Cecchini, con un bistec que no olvidarás. Risas, sabores auténticos y momentos que te acompañan mucho después de volver a Florencia.
“No te vas sin probar esto,” sonrió nuestro guía mientras servía la primera copa en una mesa al sol fuera de la bodega. Olía a romero por algún lado, ¿quizá de los setos silvestres? El camino hacia el sur de Florencia era un mar de colinas verdes y esos cipreses delgados que salen en las postales, pero vivirlo ahí era otra cosa. Éramos pocos, ocho en total, así que parecía más una escapada con amigos nuevos que un tour. Nunca había entendido bien qué era el “terroir” hasta que estuvimos entre las vides y probamos la diferencia entre Chianti y Chianti Classico, girando la copa mientras el guía explicaba con paciencia por qué la tierra lo cambia todo.
La segunda parada fue más tranquila, casi dormilona. Un perro se acercó a olfatear mis zapatos mientras probábamos un aceite de oliva que me hizo cosquillas en la garganta (para bien). Alguien preguntó si el vino siempre sabe mejor en la Toscana o si solo era cosa nuestra; el guía se rió y dijo: “Quizá las dos cosas.” Y llegó el almuerzo en casa de Dario Cecchini. No sé qué esperaba, pero no esto: mesas largas, risas rebotando en las paredes de piedra, platos de carne que parecían sacados de un cuadro antiguo. El propio Dario apareció un momento, gritando algo en italiano y todos aplaudieron. Probablemente comí demasiado, pero ¿qué importa? Sin arrepentimientos.
Terminamos con un paseo tranquilo por un pueblito cercano. El aire olía a leña y pan recién hecho. No paraba de pensar en las historias que estas colinas deben guardar. De regreso a Florencia, cansados y llenos, me di cuenta que hacía horas que no miraba el móvil. Hay algo en Chianti que te invita a simplemente estar, sin prisas, sin planes, sin hablar demasiado. Aunque todavía me cuesta pronunciar la mitad de los vinos.
Este tour incluye catas en dos bodegas orgánicas diferentes en la región de Chianti.
Sí, el almuerzo está incluido: un festín tradicional de carne en la famosa carnicería de Dario Cecchini.
El punto de encuentro es la oficina de Grape Tours en Florencia; el regreso es al mismo lugar.
Sí, se prueban unos 10 vinos entre las dos bodegas durante la excursión.
El transporte entre Florencia y todas las paradas está incluido en la logística del tour.
El grupo máximo es de 8 personas para una experiencia más cercana y personal.
Sí, es apto para todos, ya que las caminatas son cortas y relajadas.
La edad mínima para unirse es de 18 años.
Tu día incluye transporte desde Florencia (con encuentro en la oficina de Grape Tours), visitas guiadas y catas en dos bodegas orgánicas con alrededor de diez vinos para probar, además de un almuerzo inolvidable con platos tradicionales y bistec en la legendaria carnicería de Dario Cecchini antes de volver al punto de partida en la ciudad.
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