Recorrerás el casco antiguo de San Sebastián con un chef local, probando pintxos en cinco bares diferentes—carrilleras, calamares a la plancha, y hasta oreja crujiente—con bebidas perfectamente maridadas. Risas por errores de idioma y charlas entre bocados. Te irás lleno de sabores y recuerdos inesperados.
Me pasan un plato pequeño: algo ahumado, que aún no logro identificar, y nuestro guía, que es chef aquí en San Sebastián, sonríe con complicidad. “Pruébalo primero”, dice. El bar está lleno, la gente casi se toca los codos, pero se siente cálido, nada agobiante. El aroma a pimientos asados y sidra flota en el aire y me abre el apetito más de lo que esperaba. Apenas estamos en la primera parada y ya pienso que debería haber saltado el almuerzo.
Nos perdemos por las callejuelas del casco antiguo, parando en cinco bares de pintxos. Cada uno tiene su encanto: uno con madera pulida y viejos discutiendo de fútbol, otro moderno y luminoso con menús escritos a mano en pizarra. En uno probamos carrilleras de ternera que se deshacen sin masticar (aún recuerdo esa textura). Nuestro guía sirve txakoli desde bien alto, dice que así salen mejor las burbujas, y se ríe cuando me sobresalto porque casi falla el vaso. Conoce a todos detrás de cada barra; a veces hablan en euskera, otras en español, y a veces mezclan los dos.
Intenté pronunciar “txistorra” y dos locales en la barra me aplaudieron (Li se rió tanto que casi derrama su sidra). En una parada había oreja de cerdo crujiente; dudé, pero la verdad es que estaba buena. No es algo que pediría en casa, pero aquí con el Rioja en la copa encajaba perfecto. Al llegar al último bar, los pies me dolían pero la cabeza estaba ligera, esa sensación feliz que te queda tras buena comida y quizá un par de copas de más.
Terminamos compartiendo historias con nuestro guía sobre dónde comer en el País Vasco; incluso prometió enviarnos recetas para intentar hacer pintxos en casa (no sé si los míos quedarán como los suyos). Caminando de regreso por esas calles de piedra, lleno y un poco alegre, me di cuenta de que en esta ciudad se saborea mucho antes de verla realmente.
Sí, un chef local experto te acompaña en cada parada.
Visitarás cinco bares de pintxos durante la ruta.
Incluye toda la comida y bebida: una copa por bar y muchos pintxos.
No, debes encontrarte con el guía en el casco antiguo de San Sebastián.
La reserva mínima es para dos personas; viajeros solos pueden consultar opciones.
Los niños son bienvenidos acompañados por un adulto; menores de 2 años gratis, consulta detalles.
Indica tus necesidades al reservar para que puedan adaptarse.
Tu noche incluye pintxos en cinco bares diferentes del casco antiguo de San Sebastián, guiado por un chef local que comparte historias. Bebidas maridadas en cada parada—vinos, sidra o cerveza—y recomendaciones para seguir descubriendo, además de recetas enviadas por email para que pruebes en casa.
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