Practicarás yoga en una plataforma junto al río en plena selva de Costa Rica, guiado por una instructora local que adapta cada sesión a tu nivel. Estira suavemente, respira con atención al sonido del agua y disfruta de todo el equipo incluido, incluso si eres principiante o viajas ligero. Es una experiencia tranquila, conectada y muy diferente a cualquier clase en estudio.
Bajamos por un sendero pequeño—en algunos tramos embarrado, casi resbalo una vez—hasta que los árboles se abrieron y apareció: una plataforma de madera justo sobre el río, lo suficientemente lejos del lodge para solo escuchar el agua y los pájaros. Nuestra guía, Sofía, nos recibió con una sonrisa tranquila y repartió mats (el mío olía un poco a aceite de hierba limón, me encantó). Nos preguntó si habíamos hecho yoga antes; respondí “más o menos,” que era verdad, pero tampoco del todo. A ella no pareció importarle.
El aire se sentía denso pero no pesado, si eso tiene sentido—como si quisiera llover pero no se decidiera. Empezamos despacio, solo respirando, y Sofía habló de cómo el ritmo del río ayuda a concentrarse. Al principio me pareció un poco exagerado, pero luego me sorprendí sincronizando mi respiración con el sonido del agua sin darme cuenta. Unos pequeños mariposas azules se posaban en la barandilla. Mi postura del perro boca abajo fue probablemente un desastre (Sofía me acomodó suavemente las caderas), pero a nadie le importó. Alguien de otro grupo saludó al pasar por el sendero abajo; nosotros respondimos, sudados y sonriendo.
No esperaba sentir tanta calma al final—mi mente suele estar a mil—pero algo de estar ahí afuera hizo que fuera más fácil soltar todo. El sol se asomó un momento y todo se volvió dorado y verde a la vez. Sofía ofreció bloques y cintas para algunos estiramientos (yo necesitaba ambos), luego nos quedamos quietos escuchando el río un rato. A veces todavía recuerdo esa quietud cuando el ruido vuelve a casa.
Sí, la clase está pensada para todos los niveles, incluso si nunca has hecho yoga.
Sí, incluyen mats, cintas y bloques para usar durante la clase.
Sí, el lugar es accesible para personas en silla de ruedas.
Bebés y niños pequeños pueden participar en cochecito o carriola; hay asientos especiales para bebés.
Sí, los animales de servicio están permitidos en esta actividad.
Solo ropa cómoda; todo el equipo de yoga está incluido en el lugar.
Está cerca de opciones de transporte público para un acceso fácil.
No, no se recomienda para embarazadas ni personas con problemas cardiovasculares.
Tu sesión incluye el uso de mat, cinta y bloque, todos listos en la plataforma al aire libre junto al río para que no tengas que cargar con nada extra. El espacio es accesible para sillas de ruedas y permite bebés o niños pequeños en cochecitos o carriolas si es necesario; también se aceptan animales de servicio durante toda tu visita.
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