Conocerás a agricultores locales cerca de Placencia, probarás cacao fresco directo de la vaina, aprenderás a hacer chocolate maya con un guía local y terminarás con un baño en una cascada tranquila — una mezcla de sabores, historias y momentos que recordarás mucho después de volver a casa.
“¿Alguna vez has probado cacao fresco?” Así nos saludó nuestro guía, Luis, justo a las afueras de Placencia. Me pasó una vaina amarilla y rugosa, pegajosa por el rocío de la mañana, y me enseñó a abrirla. La pulpa que había dentro era dulce y ácida, nada que ver con el chocolate al que estaba acostumbrado. Luis sonrió cuando puse cara rara. “Es diferente, ¿verdad?” dijo. La finca estaba tranquila, solo se escuchaban pájaros y el suave ruido de alguien cortando leña cerca. Me gustó que nadie nos apurara; simplemente caminamos entre los árboles mientras el agricultor nos contaba cómo su familia lleva generaciones cultivando cacao orgánico.
Luego nos llevaron a un pequeño edificio, mitad taller, mitad cocina, donde aprendimos a hacer chocolate maya de verdad, usando piedras para moler. Es más difícil de lo que parece (mis brazos todavía lo recuerdan), pero había algo relajante en el ritmo. El aroma de los granos tostados llenaba el lugar, mezclado con el humo de la leña afuera. Nos reímos mucho intentando darle forma a nuestras barras; la mía parecía más una piedra irregular que un chocolate de tienda. Luis nos contó historias de su abuela preparando chocolate para las fiestas del pueblo, y hasta nos dejó probar su receta antigua, con un sabor terroso y poco dulce.
La última parada fue una cascada escondida en el bosque, no muy grande ni espectacular, pero muy tranquila. Todos nos lanzamos al agua (más fría de lo que esperaba) y dejamos que el rocío nos quitara el polvo de chocolate. La luz del sol se colaba entre las hojas y todo olía a naturaleza viva. De regreso a Placencia no dejaba de pensar en ese primer bocado de cacao fresco, tan distinto a lo que creía conocer. Aún me saca una sonrisa.
Es un tour de medio día que sale desde Placencia Village.
Sí, incluye traslado en vehículo con aire acondicionado desde Placencia.
Sí, después de visitar la finca de cacao, harás tu propio chocolate maya usando piedras tradicionales en una pequeña instalación.
Sí, después de hacer chocolate, habrá una parada en una cascada cercana para nadar.
Sí, los bebés y niños pequeños pueden ir en cochecito durante el tour.
Tu día incluye recogida en vehículo con aire acondicionado desde Placencia Village, visita a una finca de cacao orgánico con explicaciones prácticas de agricultores locales, taller guiado de chocolate maya en un espacio cerrado con herramientas tradicionales, y tiempo para nadar en una cascada cercana antes de regresar.
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