Sumérgete en la elaboración de chocolate belga en Bruselas: crea pralinés y mendiants desde cero con ayuda local. Prueba mientras haces, disfruta de un rico chocolate caliente a mitad de sesión y llévate una caja con tus dulces hechos a mano. Saldrás sonriendo —y quizá un poco pegajoso— con nuevas habilidades y anécdotas para contar.
“¡No te los comas todos todavía!” fue lo que nos dijo la instructora cuando intenté coger mi tercer praliné — la verdad, lo más difícil fue resistirse. Desde que entramos, el aroma a cacao llenaba el lugar. Éramos solo ocho, con las mangas remangadas, derritiendo chocolate y riéndonos de lo desordenado que se ponía todo (todavía tengo un poco de polvo de cacao en los zapatos). Nuestra guía, Elise, cambiaba sin esfuerzo entre francés e inglés — nos enseñó a girar los moldes justo para conseguir ese brillo perfecto. Intenté imitar su movimiento de muñeca, pero terminé salpicando chocolate por la mesa. A ella no le importó; solo sonrió y me pasó otra espátula.
No esperaba que hacer chocolates belgas fuera tan práctico ni que te fueras con una caja llena de tus propias creaciones. Primero hicimos pralinés — esos rellenos que siempre ves en las vitrinas — y luego mendiants, que son discos pequeños con frutos secos y frutas deshidratadas por encima. Elise no paraba de darnos a probar (“es para la investigación”, decía). La pausa para el chocolate caliente a mitad de clase fue necesaria; era espeso, casi como beber barras derretidas. Alguien preguntó por la historia de los pralinés en Bruselas y Elise nos contó sobre recetas familiares que se pasan de generación en generación. Fue especial estar ahí, con las manos llenas de chocolate, sabiendo que esta tradición lleva siglos.
Al final, todos teníamos nuestra caja lista (la mía quedó un poco torcida, pero qué más da), y no sé cuántos chocolates llegaron a casa sin ser devorados. Salir a la calle con las manos oliendo dulcemente — ahora entiendo por qué dicen que es una experiencia imprescindible. Si buscas algo más que visitar tiendas o hacer una excursión, este taller de chocolate belga vale la pena solo por las historias que te llevas.
El taller dura aproximadamente 2.5 horas de principio a fin.
Sí, te llevarás una caja con al menos 30 chocolates, o puedes comerlos allí si no puedes esperar.
No, los menores de 12 años no pueden participar porque algunas partes son técnicas y la sesión es larga.
Sí, todo lo necesario está incluido: ingredientes, herramientas y cajas para tus chocolates.
Sí, hay varias opciones de transporte público cerca del lugar del taller en Bruselas.
No, no se permiten espectadores; todos deben participar en la elaboración del chocolate.
No incluye almuerzo, pero sí disfrutarás de chocolate caliente durante la sesión junto con tus dulces.
Tu tarde incluye todos los ingredientes y utensilios para hacer al menos 30 chocolates belgas por persona — pralinés y mendiants — además de ayuda práctica durante toda la experiencia con un guía local. También disfrutarás de una pausa para un auténtico chocolate caliente y te llevarás tus creaciones en caja para casa (si duran tanto).
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