Esta es tu oportunidad de recorrer los viñedos de Swan Valley con un guía local, probar vinos frescos directo de barrica o tanque, descubrir el proceso detrás del vino y comprar productos regionales en la bodega. Ideal para quienes quieren entender de verdad cómo va la uva a la copa y disfrutarlo junto al río.
“En este se puede saborear el río,” dijo nuestro guía, levantando una copa mientras la luz del sol brillaba sobre el río Swan justo detrás de las vides. Empezamos la mañana en la bodega, con el crujir de la grava bajo los pies, para luego recorrer filas de parras cargadas de uvas. El aire estaba fresco pero tenía un aroma dulce, como hojas aplastadas y algo floral que no lograba identificar. Nuestro guía, que creció cerca, nos explicó qué uvas prosperan en esta zona de Australia Occidental y compartió anécdotas de las vendimias y los productores locales.
Dentro de la bodega en funcionamiento, todo se volvió más tranquilo, salvo el zumbido suave de las máquinas y el eco de nuestros pasos sobre el suelo de cemento. Probamos primero vinos blancos, justo donde se elaboran; una muestra salió directamente de un tanque de acero, todavía turbia y fría. Hay algo especial en probar el vino antes de embotellarlo; se perciben matices que de otro modo pasarías por alto. En la sala de barricas aprendimos cómo el roble transforma el vino: el aroma era amaderado y un poco especiado, como entrar en un cobertizo viejo después de la lluvia.
Las preguntas no paraban: sobre la fermentación, por qué algunas barricas son de roble francés y otras no, y nuestro guía respondió con calma cada una. Saqué fotos junto a la orilla mientras alguien intentaba avistar cisnes negros deslizándose por el agua. De vuelta en la bodega, exploramos estantes con aceites de oliva y mermeladas locales junto a botellas de vino tinto y blanco. Se sentía natural quedarse un rato; nadie tenía prisa y podías tomarte tu tiempo para elegir qué llevar a casa.
La experiencia guiada suele durar entre 1.5 y 2 horas, incluyendo las catas y tiempo para explorar la bodega.
Sí, los niños pueden participar si van acompañados por un adulto, y todas las áreas son accesibles para sillas de ruedas, incluyendo los caminos por el viñedo y dentro de la bodega.
Se recomienda llevar zapatos cómodos, ya que caminarás por caminos de grava y entre las vides; los tacones altos no son aconsejables.
Por supuesto, el tour termina en la bodega donde podrás comprar productos locales como aceite de oliva, mermeladas y los vinos que más te hayan gustado.
Tu visita incluye paseos guiados por el viñedo y la bodega en funcionamiento, además de generosas catas de vinos tintos y blancos. Contarás con un experto que responderá todas tus dudas sobre la elaboración del vino y la historia local, con todos los impuestos incluidos. Al terminar, tendrás tiempo para descubrir productos regionales en la bodega antes de partir.
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