Recorre el barrio Nghia Tan de Hanoi con un guía local, explorando parques llenos de vida, templos tranquilos y mercados donde sucede la vida real. Prueba arroz pegajoso en el mercado, disfruta del café de huevo en un café escondido y descubre rituales diarios que probablemente pasarías por alto solo—aquí encontrarás una cara de Hanoi que recordarás mucho después del viaje.
Lo primero que me llamó la atención fue el sonido: risas de niños detrás de los árboles mientras entrábamos al parque en Nghia Tan. Nuestra guía, Linh, saludó a un anciano que hacía tai chi (él le respondió con un leve gesto sin interrumpir su movimiento). El aire olía a hojas mojadas y humo de moto, ese aroma que para mí es puro Hanoi. No eran ni las 10 de la mañana y el lugar ya estaba lleno de vida: abuelas abaniqueándose en los bancos, alguien vendiendo bollos al vapor en una cesta que parecía más vieja que yo.
Linh nos llevó por un laberinto de callejones donde la luz del sol jugaba a esconderse—un momento te cegaba, al siguiente te agachabas para no rozar la ropa tendida. Señaló un pequeño cementerio entre dos bloques de apartamentos. “Creemos que los antepasados están cerca,” dijo. Intenté imaginar vivir con esa historia justo afuera de tu ventana. Paramos en la pagoda Chua Tang Phuc; el humo del incienso subía entre las vigas y se escuchaba a alguien recitando en voz baja. Se sentía íntimo, pero Linh dijo que podíamos entrar un momento—y así lo hicimos.
El mercado de Nghia Tan era un caos maravilloso: colores por todos lados, gente regateando hierbas y pescado, motos pasando rozando con milímetros de espacio. Linh nos compró arroz pegajoso envuelto en hoja de plátano (aún recuerdo ese sabor). Se rió cuando intenté decir “cam on” bien—mi acento necesita práctica. Terminamos en un café-jardín escondido tras una pared de enredaderas; su café de huevo es espeso, dulce y sabe más a postre que a café. No esperaba sentirme tan tranquilo después de todo ese ruido afuera, ¿sabes?
No, pero hay opciones de transporte público cerca para llegar fácilmente.
Visitarás la pagoda Chua Tang Phuc, el mercado de Nghia Tan, un parque local y terminarás en un café-jardín secreto para probar el café de huevo.
Sí, el recorrido es adecuado para cualquier nivel de condición física.
El tour es privado para tu grupo y tiene cupo limitado por las políticas post-Covid-19.
Podrás probar arroz pegajoso en el mercado y disfrutar del café de huevo tradicional en un café.
Tu día incluye paseos por parques y mercados con tu guía local Linh (o algún otro anfitrión), paradas en la pagoda Chua Tang Phuc y el mercado de Nghia Tan con degustaciones, además de tiempo para relajarte con un café de huevo tradicional en un café-jardín escondido antes de regresar a tu ritmo.
¿Necesitas ayuda para planear tu próxima actividad?