Camina por viñedos familiares a las afueras de Montevideo, prueba uvas directamente de la vid, degusta cuatro vinos locales con bocados en una bodega fresca y disfruta un almuerzo de tres tiempos con más vino. Con traslado desde el hotel y relatos de tu guía, será un día relajado que recordarás mucho después de salir de Uruguay.
Confieso que estaba un poco nervioso por mi español cuando el chofer nos recogió en Montevideo, pero en cuanto llegamos a la Bodega Pizzorno, el aire olía a tierra y algo dulce, y esos nervios se desvanecieron. Martín, el hijo del dueño, nos recibió con una sonrisa fácil y empezó a contarnos historias sobre su abuelo, que plantó las primeras vides aquí. Movía mucho las manos al hablar, lo que me hizo sentir menos inseguro con mi acento. Había pájaros entre las vides y se escuchaban por encima del crujir de la grava bajo nuestros pasos.
Recorrimos filas de uvas (principalmente Tannat — Martín dijo que es el orgullo de Uruguay) y nos dejó probar una directamente de la vid. Era más pequeña de lo que esperaba, casi ácida. El sol calentaba sin ser molesto; recuerdo haber sacudido el polvo de mis jeans mientras Martín nos mostraba cómo podan cada planta a mano. No pensé que me interesarían las hojas de la vid, pero hay algo muy tranquilo en ver a la gente trabajar con tanta paciencia.
Dentro de la bodega hacía fresco y olía a barricas de roble. Probamos cuatro vinos durante la cata — la verdad, perdí la cuenta después del segundo porque nos reíamos con otra pareja de Brasil que confundía “tánico” con “pánico”. Los bocados eran sencillos pero perfectos: queso local y pan aún tibio. Luego llegó el almuerzo — tres tiempos, todos maridados con más vino (quizás debí comer más despacio). En un momento apareció la madre de Martín para ofrecernos más pan; me recordó a mi tía en casa.
Sigo pensando en esa última copa de tinto al sol antes de irnos. No fue nada pretencioso ni apresurado — solo charla tranquila y una vista sobre los viñedos. Si buscas una excursión de un día desde Montevideo que se sienta auténtica (y con traslado incluido para no preocuparte), esta es la opción.
Sí, el traslado de ida y vuelta desde Montevideo está incluido.
Durante la cata guiada probarás cuatro vinos diferentes.
Sí, incluye un almuerzo de tres tiempos con maridaje de vinos.
Los niños pueden participar, pero deben ir acompañados por un adulto; las comidas para bebés o adolescentes no están incluidas.
Sí, la bodega es accesible para sillas de ruedas y cochecitos.
El tiempo de traslado está incluido en la duración total; está lo suficientemente cerca para una excursión de un día desde Montevideo.
Sí, un guía local acompaña la visita por los viñedos y la bodega.
El guía puede hablar varios idiomas según las necesidades de los participantes.
Tu día incluye traslado de ida y vuelta desde Montevideo, visitas guiadas por viñedos y bodegas familiares con un experto local, cata de cuatro vinos acompañada de bocados, y un almuerzo relajado de tres tiempos antes de regresar en vehículo con aire acondicionado a tu hotel.
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