En un día conocerás los lugares más icónicos de Cappadocia—antiguas iglesias en cuevas, formaciones rocosas únicas, cerámica en Avanos—todo acompañado de historias locales que dan vida a cada rincón. Si quieres entender esta región sin prisas ni perder detalles, este tour es para ti.
Al amanecer, vi cómo el sol iluminaba las paredes de piedra del Castillo de Uçhisar—siempre hay una brisa agradable allí arriba y desde ese punto se ve todo el valle extendiéndose a lo lejos. Nuestro guía, Cem, nos mostró antiguas casas de palomas talladas en los acantilados. Tenía una manera de contar historias de la época bizantina que hacía que pareciera que caminábamos por la historia y no solo mirando piedras.
Más tarde, en el Museo al Aire Libre de Göreme, entré en una de esas iglesias excavadas en la roca. El aire estaba fresco y olía a polvo y cera de vela. Verás frescos descoloridos—algunos rostros apenas se distinguen, pero si te fijas bien aún se notan los halos y las túnicas. Cem nos explicó cómo los monjes se escondían aquí hace siglos; es increíble pensar que la gente vivió tanto tiempo en estas cuevas.
Después nos perdimos por el Valle del Amor. Las chimeneas de hadas parecen sacadas de otro mundo—algunas tienen forma de enormes setas. Había un vendedor que ofrecía jugo de granada recién exprimido desde un carrito; me tomé un vaso y me senté en una roca a disfrutar el momento. Paşabağı (Valle de los Monjes) estaba más tranquilo de lo que esperaba, solo se oía el viento moviendo la hierba seca.
La comida fue en Avanos, en un restaurante familiar junto al río—platos sencillos pero de verdad la mejor sopa de lentejas que he probado. Luego visitamos un taller de cerámica donde un hombre mayor llamado Mustafa nos mostró cómo moldea el barro en el torno. Me dejó intentar hacer un cuenco (no es tan fácil como parece). El lugar olía a tierra húmeda y humo de leña.
La última parada fue el Valle de Devrent—los locales lo llaman Valle de la Imaginación porque cada roca parece una figura distinta. Alguien del grupo juró que vio una piedra con forma de camello; yo pensé que más bien parecía un delfín. De regreso, paramos para ver “las tres bellezas”—tres altas chimeneas de hadas juntas contra el cielo. Para entonces mis zapatos estaban llenos de polvo y mi cámara a tope de fotos.
Sí, la comida está incluida en un restaurante local en Avanos—también hay opciones vegetarianas.
Todos los tickets para museos y sitios están cubiertos en el precio del tour.
Tendrás tiempo en el taller de cerámica de Avanos para mirar o comprar si quieres.
El recorrido es mayormente fácil y apto para todas las edades; también se pueden llevar cochecitos.
El día incluye recogida y regreso al hotel, entradas a todos los sitios, comida en un restaurante local, transporte en vehículo con aire acondicionado y un guía experto que conoce Cappadocia a fondo.
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