Sentirás cada paso cruzando la ruta Lemosho del Kilimanjaro: mañanas frescas en el campamento, risas con los guías alrededor de comidas calientes y ese silencio asombroso cerca del pico Uhuru antes del amanecer. Con toda la logística cubierta—traslados al aeropuerto, hoteles antes y después, tiendas listas cada noche—solo tendrás que concentrarte en caminar, respirar y dejar que la montaña más alta de África te marque para siempre.
Lo confieso — no estaba seguro de poder aguantar siete días en la montaña. Pero al llegar a Tanzania y ver el Kilimanjaro desde la ventana del hotel (el Aishi Machame, con un café sorprendentemente bueno) todo se volvió real muy rápido. Esa misma noche nos reunió nuestro guía, Emmanuel, para una charla. Sonrió cuando pregunté por el clima — “Kili tiene sus caprichos,” dijo. Nos reímos, pero yo sentía mariposas en el estómago.
El primer día en la ruta Lemosho empezó con un camino lleno de baches hasta la puerta Londorossi. El aire era fresco, casi a pino, y había un silencio especial al partir — solo el crujir de las botas y el canto lejano de los pájaros. Los porteadores avanzaban como si nada (aún no entiendo cómo lo hacen). Al llegar al campamento Shira 1, el sol se escondió tras las nubes y todo olía a polvo y sopa. La cena supo mejor de lo que uno esperaría a 3,500 metros — quizás porque nos la habíamos ganado con cada paso.
Cada día era distinto. Una mañana despertamos con escarcha en las cremalleras de la tienda; otra tarde caminamos entre una niebla tan densa que apenas veías tus manos. Emmanuel señalaba plantas curiosas o contaba historias de quienes habían llegado (o no). Hubo momentos en que la cabeza me dolía por la altura o las piernas querían rendirse — sobre todo después de Lava Tower — pero de alguna manera seguías adelante. En Barranco Wall casi me echo atrás, hasta que uno de los porteadores me sonrió y dijo “Pole pole” (despacio despacio), que se volvió nuestro lema.
El empuje final es un recuerdo borroso: salir de Barafu Camp en la oscuridad, botas crujientes sobre suelo congelado mientras todos susurraban o respiraban fuerte. Llegar al pico Uhuru no fue un momento de película — más bien un alivio mezclado con incredulidad. El cielo estaba azul pálido y el viento me picaba las mejillas; alguien me dio té de jengibre y casi lloré de gratitud. Bajando hacia Millennium Camp, mis dedos odiaban cada paso, pero sinceramente? Aún pienso en ese amanecer sobre las nubes.
El tour dura 7 días en la montaña, más noches en hotel antes y después del ascenso.
Sí, está incluido el traslado de ida y vuelta desde el Aeropuerto Internacional Kilimanjaro.
Sí, se ofrecen tres comidas energéticas al día preparadas por un equipo dedicado.
Se duerme en tiendas North Face VE-25 montadas por el equipo; los hoteles se usan antes y después del trekking.
La ruta Lemosho es ideal tanto para principiantes como para senderistas con experiencia y buena condición física.
El equipo incluye guías certificados en primeros auxilios en montaña; siempre hay kits médicos y oxígeno disponible.
Sí, se pueden organizar dietas vegetarianas, veganas, sin lactosa, sin gluten, halal y otras si se avisa con anticipación.
Tu aventura incluye dos noches en el hotel Aishi Machame (antes y después), todos los traslados al aeropuerto, transporte terrestre hasta los puntos de inicio, guías certificados en primeros auxilios en montaña, oxígeno ilimitado y oxímetros para controles de seguridad, tiendas North Face montadas cada noche por porteadores (compartidas salvo que reserves solo), tres comidas diarias con opciones para la mayoría de dietas, incluso bebidas calientes en altura, y todas las tasas del parque cubiertas para que solo te preocupes por avanzar hacia el pico Uhuru.
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