Sumérgete en el mercado de On Nut para elegir ingredientes frescos y luego cocina platos tailandeses clásicos junto a locales en la cocina de Pink Chili. Risas, lecciones prácticas con mucha ayuda y un almuerzo que tú mismo preparaste. Los aromas y las historias te acompañarán mucho después de irte.
Me despertó el ruido de las motos y ese aire húmedo típico de Bangkok, ese que se pega a la piel antes del desayuno. Quedamos con nuestra guía frente al mercado de On Nut; nos saludó con una sonrisa y un “sawasdee ka” que intenté imitar (sin mucho éxito). Dentro, todo era un caos encantador: montones de mangos verdes, chiles tan picantes que con solo acercarme me lloraban los ojos. Había un puesto con leche de coco que olía a hierba dulce — no podía dejar de mirar cómo los locales elegían sus productos. Nuestra guía señaló la albahaca santa, que parecía cualquier albahaca hasta que la aplastó en su mano para que oliéramos. Ese aroma todavía me acompaña.
De vuelta en la cocina de Pink Chili, nos quitamos los zapatos al entrar (una costumbre que hizo todo más cercano), nos dieron un delantal y nuestro espacio para cocinar. Los woks chisporroteaban al contacto con el fuego — más fuerte de lo que esperaba. Empecé con el Pad Thai; los fideos se me pegaron, pero Li, nuestra instructora, se rió y me enseñó a soltarlos con un poco de agua. Mientras picábamos hierba limón, nos contó historias sobre la pasta de curry de su abuela. Luego me lancé con el curry verde — y milagrosamente no lo quemé. El vapor tenía un aroma dulce y picante que me abrió el apetito, aunque ya habíamos probado cosas en el mercado.
El almuerzo fue todo nuestro trabajo: arroz pegajoso con mango (quizá le puse demasiada crema de coco), sopa de pollo con hojas de lima, todo compartido alrededor de una mesa grande donde la gente contaba anécdotas de sus cocinas y viajes. Alguien derramó té, pero nadie le dio importancia — se sentía más como estar en casa de un amigo que en una clase. Después me quedé un rato más, viendo cómo la luz se movía sobre el suelo de azulejos y pensando en lo distinto que sabe la comida cuando la has preparado con tus propias manos.
La clase dura unas 4 horas, incluyendo la visita al mercado y la comida.
No, no hay recogida en hotel; el encuentro es directamente en Pink Chili, cerca del mercado de On Nut.
Prepararás cuatro platos: normalmente una entrada (como sopa de coco o ensalada de papaya), un curry (verde o rojo), un plato principal (Pad Thai o similar) y arroz pegajoso con mango de postre.
Sí, los principiantes son bienvenidos, no se necesita experiencia previa.
Sí, después de cocinar comerás los cuatro platos que preparaste.
Sí, hay opciones de transporte público cerca del mercado de On Nut y Pink Chili.
Sí, te entregan las recetas para que puedas repetir los platos cuando quieras.
Tu día incluye un tour guiado por el mercado fresco de On Nut para elegir ingredientes locales, clase práctica en la cocina de Pink Chili, todas las recetas y materiales necesarios, además del almuerzo o cena con tus propias creaciones. Durante la visita tendrás bebidas como té, café, agua y hasta wifi.
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