Camina por las calles históricas de Oporto probando pastel de nata con café, quesos locales con vino, sándwiches de bifana con cerveza y petiscos clásicos como las croquetas de bacalao. Una guía local comparte historias en cada parada. Termina con vino de Oporto en una tasca acogedora — saldrás lleno y quizás un poco enamorado de la gastronomía de Oporto.
Jamás olvidaré la primera mordida de aquel pastel de nata en la Rua Santa Catarina — aún caliente, con una masa hojaldrada espolvoreada con canela. Nuestra guía Marta me lo entregó con una sonrisa y una servilleta de papel diminuta (que enseguida se me cayó). La calle empezaba a despertar; unos señores mayores en la barra del café discutían animadamente sobre fútbol. Luego llegó el café, tan fuerte que me hizo cosquillas en las manos. Creía conocer los pasteles de crema, pero… esto era otra historia.
Seguimos caminando entre fachadas de azulejos y Marta señalaba detalles que yo habría pasado por alto — como la costumbre local de dar dos golpes a la taza antes de beber el espresso. En la segunda parada, nos sirvió una tabla de quesos y vertió un vaso de vino verde. El queso tenía un sabor intenso y salado; uno de ellos olía a tierra mojada después de la lluvia. Nos sentamos juntos en una mesita pequeña mientras afuera se escuchaban las campanillas lejanas del tranvía. Alguien intentó traducir un chiste del portugués y no funcionó, pero igual nos reímos todos.
La parada de la bifana fue más desordenada de lo que esperaba (para bien). Cerdo jugoso saliendo del pan crujiente, salsa picante goteando en mis dedos. Cerveza en vasos fríos. Marta nos contó que su abuela preparaba bifanas para el almuerzo del domingo — “pero nunca con pan de tienda,” dijo poniendo cara. Para entonces, el sol había cambiado y la Avenida dos Aliados se veía dorada a través de las ventanas.
La última ronda fue de petiscos y pataniscas — croquetas de bacalao crujientes por fuera y tiernas por dentro — junto con más vino local en una tasca antigua donde parecía que todos se conocían. Intenté decir “obrigado” bien; Marta me corrigió con cariño (seguro que aún lo dije mal). Luego llegó el vino de Oporto — dulce, rojo intenso — o un tónico de oporto blanco para quienes querían algo más ligero. A veces todavía recuerdo ese sabor cuando estoy en casa, especialmente en días lluviosos.
El tour incluye al menos 4 paradas diferentes para degustar.
Sí, el almuerzo está incluido junto con snacks y bebidas durante el recorrido.
Probarás pastel de nata, quesos locales, sándwich de bifana, petiscos como pataniscas (croquetas de bacalao) y más.
Sí, incluye café, agua embotellada, cerveza o vino en varias paradas, además de vino de Oporto en cantidades fijas.
Sí, hay una parada para probar vino de Oporto o un cóctel de oporto blanco al final del tour.
Sí, bebés y niños pequeños pueden ir en cochecito o carrito durante el recorrido.
La ruta a pie cubre zonas céntricas como Rua Santa Catarina y Avenida dos Aliados en Oporto.
Tu día incluye café acompañado de pastel de nata recién hecho para empezar bien; degustaciones de quesos regionales con vino local; sándwiches contundentes de bifana con cerveza fría; petiscos clásicos como croquetas de bacalao; agua embotellada durante todo el recorrido; y generosas copas de vino de Oporto o tónico de oporto blanco para cerrar — todo guiado por un amable local mientras paseas por el centro histórico de Oporto.
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