Si buscas un descanso largo para recargar cuerpo y mente, este retiro de Ayurveda y yoga en Katmandú es cuidado real—terapias diarias personalizadas, caras amigables que recuerdan tu nombre y tiempo para empaparte de la vida local a pasos de Thamel. Volverás renovado—en todos los sentidos.
Al salir al jardín en la azotea aquella primera mañana, veía cómo la ciudad despertaba—los suaves bocinazos de la calle, un poco de fresco en el aire y el aroma del té de hierbas que llegaba desde la cocina. El retiro está a solo dos minutos de las calles animadas de Thamel, pero adentro reina la calma. Mi habitación tenía baño privado (¡con agua caliente que realmente funcionaba!) y aire acondicionado, un alivio tras la caminata húmeda desde el mercado. El Wi-Fi era lo suficientemente bueno para videollamadas si necesitabas conectarte con casa.
Cada día arrancaba con yoga suave y meditación. Nuestra instructora, Sushila, siempre preguntaba cómo nos sentíamos antes de empezar. Después del desayuno—papaya fresca, chapati calentito y té de hierbas—teníamos la consulta con la doctora de Ayurveda. Mi primera cita fue muy personal; me preguntó sobre mi sueño, digestión e incluso mi estado de ánimo. Las terapias variaban según lo que necesitabas: unos días masaje Abhyanga con aceite tibio, otros Shirodhara (ese chorro constante de aceite en la frente—raro al principio pero muy relajante). También había charlas; aprendí mucho más sobre Ayurveda de lo que esperaba. Por las tardes, a veces íbamos al mercado local a comprar fruta o simplemente a observar a la gente en un café pequeñito llamado Himalayan Java.
Para la segunda semana, el equipo ya se sentía como familia. Recordaban cómo me gustaba el té (menos dulce) y hasta me ayudaron a cambiar moneda sin complicaciones. Si te interesa visitar sitios históricos o probar un baño de vapor tras la terapia, todo está muy cerca. Aquí el ritmo es tranquilo—sin prisas entre tratamientos o comidas. Las tardes solían ser charlas con otros huéspedes en la azotea mientras el sol se escondía tras las colinas. No es lujoso, pero se siente auténtico. Y, sinceramente, eso fue lo que me conquistó.
Por supuesto. Los instructores te guían paso a paso y adaptan las sesiones según tu nivel. No necesitas experiencia previa.
Las comidas son mayormente vegetarianas y enfocadas en la salud. Si tienes necesidades especiales o alergias, solo avisa al equipo; son muy flexibles.
El retiro está a solo unos minutos caminando de las tiendas y restaurantes de Thamel. Los sitios históricos también quedan cerca.
El Wi-Fi funcionó bien durante mi estancia, incluso para videollamadas. Solo pregunta al hacer check-in si necesitas ayuda extra.
Incluye terapias diarias de Ayurveda personalizadas por un médico en el lugar, dos clases diarias de yoga y meditación, tres comidas saludables (más frutas y tés de hierbas), 28 noches de alojamiento con baño privado y aire acondicionado, acceso a spa con sauna y baño de vapor, Wi-Fi gratis, jardín en la azotea con vistas a la ciudad y ayuda con cambio de moneda o tours locales si quieres.
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